Cuenta la leyenda que un mal día, en el bosque, se desató un enorme incendio. Las llamas crecían y devoraban todo. Todos los animales huyeron en estampida. Perdón, todos no, ¡todos menos uno!
El colibrí, en medio del caos, iba y venia del fuego. Repitiendo el proceso incansablemente, yendo y viniendo una y otra vez. Pero el fuego, indiferente, no dejaba de crecer.
Un tigre, al verlo, le preguntó: -¿Colibrí qué hacés? ¿Por qué no huís como todos nosotros en lugar de ir y venir?
El colibrí le respondió: -Voy al lago, cargo con agua mi pico, vuelvo al incendio y la suelto sobre el fuego.
El Tigre le replicó: -¿Vos crees que con eso vas a apagar el fuego?
El colibrí, sin desanimarse, le respondió: -Yo no sé si voy a apagar el incendio, pero estoy haciendo mi parte. El bosque me ha dado todo lo que soy, es mi origen y hogar. Tengo un inmenso amor por él. ¿Cómo no voy a intentar salvarlo?
El tigre y los otros animales se conmovieron al escuchar al colibrí y algunos se sumaron a sus esfuerzos.
Los dioses, que miraban desde arriba, también se conmovieron.
El cielo se cubrió de nubes y se desató una lluvia torrencial que apagó hasta la última llama.
¿Estás haciendo tu parte?
¡Inspirate! La oportunidad es ahora.