Las políticas climáticas débiles de los gobiernos violan los derechos humanos fundamentales. Ese fue el dictamen del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que este martes falló a favor de la asociación Klima-Seniorinnen (Mayores por el Clima), formada por 2.500 mujeres de 73 años en promedio, quienes denunciaron que las “deficiencias” de las autoridades helvéticas en materia de protección del clima “perjudican gravemente su estado de salud”.
Se trata de un fallo histórico en relación con la crisis climática, según los observadores, ya que es la primera vez que la corte -también conocida como el Tribunal de Estrasburgo- se pronuncia sobre la falta de iniciativa de los países frente al calentamiento global. En concreto, el TEDH condenó a Suiza por violar el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos relativo al “derecho al respeto a la vida privada y familiar”, según precisa Deutsche Welle.
Este fallo histórico de Estrasburgo podría sentar un precedente para exigir a los gobiernos de toda Europa que cumplan sus compromisos climáticos, lo que aseguraría el bienestar de las generaciones futuras.
El caso fue presentado por las “Abuelas por el clima”, que iniciaron su activismo por la causa en el verano de 2016, cuando una ola de calor azotó a Europa. En ese entonces se reunió un pequeño grupo de mujeres jubiladas que residían en Suiza, preocupadas por el aumento de este tipo de fenómenos climáticos y el “grave impacto en su salud” que podía generar, junto con “la falta de acciones de sus gobiernos para luchar contra la crisis climática y evitar que todo esto vaya a más”.
En agosto de dicho año, en su primera asamblea, consiguieron reunir a 40 asistentes y fundaron la asociación Klima-Seniorinnen. En noviembre, tan solo tres meses después de su fundación, consiguieron reunir más de 500 firmas para presentar una demanda contra el Consejo General de Suiza, así como varios departamentos del gobierno implicados en las políticas medioambientales.
A partir de ahí estuvieron cuatro años presentando reclamos ante los diferentes tribunales del país para que admitieran su caso a trámite. Finalmente, en octubre de 2020, tras haber agotado todas las instancias posibles, decidieron elevar el caso hasta Estrasburgo de la mano de Greenpeace Suiza, que garantizó los costos de la iniciativa legal. Hoy, el movimiento congrega a más de 2.500 mujeres mayores suizas y su historia es descrita como la de David contra Goliat, según relata el diario español El Periódico.
La asociación Klima-Seniorinnen, conocida como «Las Abuelas por el Clima», congregan a 2.500 mujeres suizas de más de 65 años. Su historia es descrita como la de David contra Goliat.
En específico, la corte señaló que ha habido carencias en la política suiza para cuantificar, mediante la fijación de un precio al carbono o de otra manera, la limitación de sus emisiones de efecto invernadero. En la misma línea, Suiza no respetó en el pasado los objetivos que se había fijado para disminuir esas emisiones.
Tras el veredicto emanado por el panel de 17 jueces, los demandantes que asistieron a la audiencia celebraron fuera del tribunal de Estrasburgo. “Estoy muy feliz”, dijo Nicole Barbry, de 70 años, miembro de Klima-Seniorinnen, que había viajado a Estrasburgo. “Es bueno que finalmente nos escuchen”, valoró.
La joven activista climática Greta Thunberg, de Suecia, también se unió a una manifestación fuera de la corte antes de la audiencia, para alentar una acción más rápida.
Anton Foley, que junto con Thunberg representaba a Aurora, un grupo juvenil que presentó una demanda climática contra Suecia, dijo que era “injusto” que la responsabilidad de detener la crisis climática recayera en los jóvenes y elogió a las mujeres suizas por dar un paso al frente. “No queremos ser la esperanza para la generación mayor. Queremos que hagan esto porque no queremos pelear esta pelea”, afirmó Foley, según consigna el diario británico The Guardian.
A las “Abuelas por el clima” no les gusta que las comparen con Greta Thunberg, dice el diario español El Mundo. “Somos ancianas, pero muy activas”, bromearon Pia Hollenstein y Rita Schirmer-Braun, dos de las jubiladas que integran el colectivo.
Según explican los expertos, el fallo histórico de Estrasburgo podría sentar un precedente para exigir a los gobiernos de toda Europa que cumplan sus compromisos climáticos, lo que aseguraría el bienestar de las generaciones futuras. “Estamos ante una victoria intergeneracional que demuestra la importancia de la solidaridad entre jóvenes y mayores”, destaca la joven activista Catarina dos Santos Mota, del grupo “Youth4ClimateJustice”, congregada en Estrasburgo durante la lectura de la sentencia.
“Estamos ante una victoria intergeneracional que demuestra la importancia de la solidaridad entre jóvenes y mayores”, destaca la joven activista Catarina dos Santos Mota.
No obstante, no todo fue victoria. El fallo de este martes, paralelamente desestimó el caso de un alcalde galo contra Francia y el de un grupo de jóvenes portugueses contra 32 países europeos, según reportó el portal de noticias Euronews. “Parece un resultado mixto porque dos de los casos fueron inadmisibles”, afirmó Corina Heri, investigadora de derecho de la Universidad de Zurich. “Pero en realidad es un gran éxito”, añadió Heri a The Guardian.
Los jueces desestimaron sus alegatos sin entrar a examinar el fondo del asunto en primer lugar porque los seis demandantes portugueses se saltaron una regla fundamental del TEDH, que es que hay que agotar las vías de recurso interno del país al que denuncian antes de llevar un caso a Estrasburgo. Es decir, debían acudir a las vías judiciales de Portugal primero. Los jóvenes argumentaron que la urgencia climática les eximía de esa regla jurídica básica, pero el TEDH, que se autodenomina “la conciencia de Europa”, no aceptó esa tesis.
En febrero de este año, la Comisión Europea propuso una nueva etapa en la transición climática para la Unión Europea, recomendando una reducción del 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040. Así, la Comisión busca alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Para lograrlo, recomendó la plena aplicación de los objetivos de 2030, es decir, una reducción del 55% de las emisiones contaminantes.