La principal productora de cobre del mundo, la estatal chilena Codelco, comenzó este miércoles el primer cierre de una de sus plantas: la Fundición Ventanas, 150 kilómetros al norte de Santiago. El cese de las operaciones es una demanda histórica de los vecinos del polo industrial ubicado en la bahía de Quintero-Puchuncaví, considerada una de las mayores «zonas de sacrificio ambiental» del país (áreas donde la concentración masiva de industrias contaminantes daña la salud de la comunidad).
La histórica decisión anunciada en junio del año pasado inicialmente generó protestas por parte de los empleados, pero llegaron a distintos acuerdos con la empresa. De los 350 trabajadores, un 58% optó por adelantar su jubilación, un 25% por recibir capacitaciones para trabajar en la planta de refinería de la división y el 17% por ser reubicado en otros asentamientos de la minera. Los cerca de 400 subcontratados conservarán su empleo durante el proceso de cierre que, según estimaciones, tardará unos cinco años.
“Todo esto ha sido desarrollado a través de un plan de transición laboral justa, en diálogo permanente con los dos sindicatos que representan a nuestros trabajadores y trabajadoras, así como de un acompañamiento a nuestras empresas contratistas”, señaló hace unos días el gerente general de Ventanas, Ricardo Weishaupt.
En un país extractivista, el cierre marca un giro importante en la política ambiental chilena.
“La fundición es la principal fuente de la contaminación en la zona, y la más peligrosa para la salud humana. Al no tener evaluación ambiental, no hay certeza de todos los contaminantes emitidos y su alcance” apunta Andrés León, dirigente de la agrupación medioambiental Dunas de Ritoque.
«La fundición es la principal fuente de la contaminación en la zona, y la más peligrosa para la salud humana», Andrés León.
El destino de la fundición se vio supeditado a la evolución de la institucionalidad ambiental en el país. A medida que se fueron implementando mayores requisitos en pos de la salud de la población y el cuidado del medioambiente, Codelco y el resto de las industrias que operan en el cordón industrial tuvieron que adecuarse y responder a las nuevas exigencias.
La planta de Ventanas seguirá fabricando cátodos de cobre. Este miércoles se ha iniciado el cierre de la fundición del mineral y la planta de ácido sulfúrico. Entre las 16 empresas públicas y privadas que operan en el polo industrial levantado a mediados del siglo pasado hay termoeléctricas, refinerías de petróleo, regasificación de gas natural y descarga y almacenaje de combustibles. Los problemas medioambientales en la localidad de 32.000 habitantes comenzaron a comienzos de los noventa y se hicieron recurrentes.
La ministra de Medio Ambiente chilena, Maisa Rojas, explicó que el cierre “disminuirá sustancialmente las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y, con ello, una fuente importante de contaminación”, pero que el Gobierno de Gabriel Boric entiende que la medida por sí sola no soluciona del todo la problemática que afecta a los habitantes de los municipios de Concón, Quintero y Puchuncaví. “Estamos ejecutando un plan de acciones, entre las que se cuentan la aprobación de una nueva red pública de monitoreo de calidad del aire, la reciente publicación de la nueva norma primaria de calidad del aire para el benceno y la puesta en marcha de nuevos equipos para medir contaminantes”.
Desde la Fundación Terram, dedicada a realizar estudios y promover el desarrollo sustentable, celebran el cierre de la fundición y los acuerdos a los que llegó la empresa con los trabajadores. “Pero con este cierre no se acaba la contaminación en la bahía de Quintero”, aclara su directora Flavia Liberona, quien recuerda que la semana pasada hubo varios eventos de contaminación por compuestos volátiles. “Hay que congelar el parque industrial. No puede ser que con la contaminación que hay en el aire, agua y suelo se siga admitiendo a evaluación nuevos proyectos”, añade en relación a la construcción de una planta desaladora que provocó una huelga de pescadores a mediados de abril.
El presidente de Chile -Gabriel Boric-, cumplió con este cierre, una de sus promesas de campaña.
Eventos de intoxicación
Si uno mira el historial de contaminación de la zona, hay al menos dos eventos graves que involucraron a la División Ventanas: el primero, en 2011, cuando una nube tóxica de azufre envolvió una parte de Puchuncaví y afectó a 23 niños y siete adultos de la Escuela Básica La Greda, ubicada a 500 metros del complejo minero.
El caso llevó a que el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, cerrara el establecimiento educativo y exigiera la apertura de otra escuela, a 2 km del lugar. Entonces, Codelco asumió la responsabilidad y en 2013 se comprometió a crear un fondo de $ 164 millones para apoyo exclusivo en prestaciones de salud para las personas afectadas, además de financiar la construcción de la nueva escuela.
Más adelante, durante la crisis ambiental de 2018, cuando más de 1.700 personas -en su mayoría niños y jóvenes- acudieron a centros de salud con síntomas de intoxicación, el gobierno decretó alerta sanitaria y paralizó cuatro convertidores de la División Ventanas, tras detectarse altas emisiones de SO2.
Uno de los últimos episodios más críticos ocurrió en la antesala del anuncio del cierre de la fundición: más de un centenar de vecinos resultaron intoxicados hace un año debido a los altos niveles de dióxido de azufre emanados de las industrias, y tras una seguidilla de nuevas intoxicaciones -que siguen presentándose en 2023-, el Presidente Gabriel Boric anunció el cierre de la planta. “No queremos más zonas de sacrificio”, aseguró.
Así, el 6 de marzo pasado, el Congreso aprobó el proyecto de ley que habilita el cese de operaciones de la fundición, mediante la modificación de la Ley 19.993, que obligaba a Codelco a recibir, en la División Ventanas, el concentrado de cobre de pequeños y medianos productores de la Enami, así como de la gran minería.
“Nos queda un arduo trabajo”
Katta Alonso, fundadora de la agrupación Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia, valora el cierre de la fundición, pues “es algo que veníamos peleando hace muchos años”, ya que “con eso vamos a disminuir bastante el SO2″.
La dirigenta ahora espera que “se cierren las otras termoeléctricas a carbón, de AES Andes, que ya cerró una. Hay otra que debería estar cerrada (Ventanas 2), así que nos queda un arduo trabajo para presionar”.
Consultada AES Andes por el retraso del cierre de Ventanas 2, informó que la compañía “se encuentra a la espera de que las autoridades permitan su salida una vez que entre en servicio el segundo transformador 220/110 kV – 300 MVA de la subestación Agua Santa” de Chilquinta.
Dicha compañía explicó que “debido a los resguardos que se deben tomar para asegurar el abastecimiento de la demanda en la Región de Valparaíso, el Coordinador Eléctrico Nacional ha restringido las desconexiones para la ejecución de los trabajos en la subestación Agua Santa a sólo tres horas semanales, extendiendo con ello la entrada en operación del proyecto. Se estima concluir las actividades previas a la puesta en servicio durante el mes de junio del presente año”.
Impacto en aire, agua y tierra
Según el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), las principales emisiones contaminantes de la fundición de la División Ventanas “son el dióxido de azufre (SO2) y el arsénico (As)” y que “de acuerdo a los registros del último año, Ventanas emitió 4,8 mil toneladas de SO2, lo que representó un 54% del total constatado para 2022, y 0,02 mil toneladas de As, es decir, un tercio del total registrado para el mismo período”.
Asimismo, la cartera aseguró que en el Humedal Campiche (Puchuncaví) “se han identificado concentraciones preocupantes de arsénico y otros elementos contaminantes que exceden los límites estipulados en las normas de calidad ambiental. Como ministerio, estamos comprometidos con su conservación y hemos iniciado un plan integral de manejo para garantizar su preservación”. Y añadió que “es responsabilidad de Codelco diseñar y llevar a cabo acciones concretas, a través de su plan de cierre, para la remediación de los suelos afectados por la contaminación de la fundición”.
Por su parte, el subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, que lidera la agenda de 40 medidas que está impulsando el gobierno de Boric para hacer frente a la contaminación que afecta a la población de Concón, Quintero y Puchuncaví, destacó que, además del cierre de la fundición, están instalando una nueva red pública de monitoreo del aire: “Estos equipos de monitoreo están diseñados para detectar distintos contaminantes, con los que esperamos determinar efectivamente cuáles compuestos han provocado las lamentables afectaciones a la salud de las personas”.