Las importantes sequías que se vienen registrando desde hace semanas en distintas regiones del país continúan generando diferentes estragos, como la muerte de miles de peces que aparecieron en la costa de la Laguna del Plata, en la localidad de Vera y Pintado, departamento San Justo, 180 kilómetros al norte de la capital santafesina.
El hecho fue compartido por un usuario de Twitter que grabó con su celular los restos de los cardúmenes amontonados sobre la tierra, a un costado del agua, pero también flotando ya sin vida sobre la laguna. El video rápidamente se viralizó por las redes sociales.
En rigor, pese a las lluvias del pasado fin de semana, la sequía sigue dando muestra de su fortaleza y poder destructivo, y así como antes se reflejó en la seca de arroyos y algunas lagunas, la mortandad de peces parece convalidar el desastre ambiental que originó el evento la Niña en los últimos tres años.
Según estiman autoridades de la zona, más de 15.000 ejemplares de distintas especies, no lograron sobrevivir a la constante disminución del área cubierta con agua en esa laguna, y restos de cardúmenes cubrieron 20 km de costa.
Un informe preliminar realizado por técnicos del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia, indica que estos peces habrían muerto como consecuencia de «la ausencia o disminución considerable del oxígeno disuelto en el agua», causado a su vez por la baja en el caudal y las altas temperaturas imperantes en la zona.
Las lagunas «no tienen aportes de ríos o arroyos» y con la sequía «se van secando o mantienen un caudal de agua tan bajo que cuando las altas temperaturas las calientan pierden oxígeno», detalló el asesor técnico del ministerio, Gaspar Borra. «Se produce el fenómeno de hipoxia o anoxia, que en definitiva es la ausencia o disminución considerable del oxígeno disuelto en el agua”, añadió el especialista.
Los peces habrían muerto como consecuencia de «la ausencia o disminución considerable del oxígeno disuelto en el agua», causado a su vez por la baja en el caudal y las altas temperaturas imperantes en la zona.
Habitantes de la región expresaron su preocupación por la mortandad de peces de distintas especies, como moncholos, rayas, dorados, sábalos y palometas. En la mayoría de los casos la opinión es coincidente: se trata de un hecho muy grave para la región, teniendo en cuenta el costo que demandará el retiro de los peces muertos, el daño ambiental que ello provoca y sumado a ello el cierre de las actividades habituales de verano en la laguna, a la que, en épocas normales, los fines de semana era visitada por 2500 a 3000 habitantes de la zona. Para graficar lo que sucede, en épocas normales, la laguna tiene una playa de unos 15 metros. Hoy el agua está a unos 150 metros de la costa.
“El único problema es la inclemencia del tiempo, el agua se evapora y se calienta por las altas temperaturas. En los últimos días tenemos temperaturas superiores a los 40 grados y el agua, prácticamente, hierve. No quedan peces vivos en la laguna y va a llevar mucho tiempo recuperar el recurso”, comentó Daniel Giménez, encargado del camping de la Laguna Del Plata.
Personal técnico del ministerio estuvo en la Laguna Del Plata. “El objetivo fue analizar la situación, evaluar el escenario y tomar muestras tanto de los peces muertos, como del agua», explicó Danilo Demonte, biólogo de la Dirección de Manejo Sustentable de los Recursos Pesqueros. Era preciso, abundó, «ver el volumen de los pescados y tomar muestras que nos permitan contar con un mayor caudal de información para saber las razones de la mortandad».
Borra explicó que “la evaluación que debe hacerse antes de proceder al retiro de los peces muertos es si no se afectará las márgenes de las lagunas si se utilizan equipos pesados. Además se estaría sacando del medio natural a estos peces, que forman parte de un sistema donde habitaron y murieron”.
“Cuando se los retira, se priva también de alimento a toda la cadena alimentaria, desde las bacterias hasta las aves carroñeras, incluyendo a otros peces e insectos. En estos sitios naturales, lo que debemos hacer es tratar de intervenir lo menos posible para evitar que un fenómeno natural termine afectando el ambiente”, añadió.
En tanto, las autoridades recomendaron a la población «no consumir ejemplares muertos o moribundos, ya que los peces se descomponen rápidamente y podrían representar un grave riesgo para la salud”.
Según un informe de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, conformada por diferentes organismos públicos, en diciembre 10 millones de hectáreas pasaron a formar parte del territorio nacional afectado por la sequía, como consecuencia de un agravamiento de la ausencia de lluvias en el Norte del país.
Hasta el momento, en total son 175.125.097 hectáreas golpeadas por la ausencia de precipitaciones, de las cuales 1.218.318 corresponden a cultivos y que se suman a 17.446.357 cabezas de ganado bovino impactadas por la problemática. Hay que recordar, en relación con la ganadería, que se está registrando una importante mortandad de animales, especialmente en el Norte de Santa Fe, como consecuencia de la falta de pasto en los campos para su alimentación.