El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, una efeméride significativa orientada a generar conciencia colectiva acerca de la importancia de los humedales para la biodiversidad, el ambiente y toda forma de vida en el planeta.
Fue decretado en el año 1997 y la fecha fue elegida en conmemoración de la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, que se celebró el 2 de febrero de 1971 en Ramsar, Irán.
“Revitalizar y restaurar los humedales degradados”, el lema para 2023, destaca la importancia de restaurar los humedales, ya que, de realizarse correctamente, estos enclaves pueden llegar a ofrecer los mismos beneficios que ofrecía el humedal natural original.
La campaña de este año es una llamada urgente a la acción para que se tomen medidas y se invierta capital financiero, humano y político para evitar que los humedales del mundo desaparezcan por completo y restaurar los que ya se han perdido.
En Argentina, sin embargo, no hemos logrado aún una ley que los proteja. La Ley de Humedales es una demanda de diez años en el país. Se presentó por primera vez en 2013 como parte de una iniciativa ciudadana, pero su tratamiento se truncó en tres oportunidades en el Congreso perdiendo estado parlamentario. En 2022 se logró tratar en comisión y se dictaminó un proyecto de Ley en mayoría y otro en minoría. El momento exige celeridad. Necesitamos que se apruebe la #LeyDeHumedalesYA
Un engranaje clave para la vida
Los humedales son áreas que permanecen en condiciones de inundación o con suelo saturado con agua de forma temporal -durante períodos considerables de tiempo-, o en forma permanente. Si bien este término engloba una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una propiedad, primordial: el agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones.
Representan uno de los ecosistemas más valiosos de la Tierra, indispensables para la vida por los beneficios y servicios que proporcionan. Los humedales son vitales para los seres humanos, para otros ecosistemas y para nuestro clima, proporcionando servicios ecosistémicos esenciales como la regulación del agua, incluyendo el control de las inundaciones y la purificación del agua.
Su diversidad biológica es crucial para la salud humana, el suministro de alimentos, el transporte y las actividades económicas que generan empleo, como la pesca y el turismo. Más de 1000 millones de personas (una octava parte de la población terrestre) que viven en zonas rurales y urbanas de todo el mundo dependen de los humedales como medio de subsistencia.
A pesar de que sólo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, los humedales son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales que viven o se reproducen en ellos.
A nivel global, se calcula que los humedales cubren aproximadamente 12,1 millones de km2. Sin embargo, la Perspectiva Mundial sobre los Humedales estima que en los últimos 300 años ha desaparecido el 87% de los humedales, acelerándose su desaparición en los últimos 50 años, en los que el planeta perdió el 35% de estos ecosistemas.
¿Cuáles son algunos de los humedales más grandes del mundo?
La llanura de Siberia Occidental, la cuenca del río Amazonas y la llanura de la bahía Hudson son algunos de ellos. El humedal protegido más grande del mundo es Llanos de Moxos, localizado en Bolivia, y cuenta con más de 17 millones de acres, aproximadamente el mismo tamaño que Dakota del Norte.
Nuestro país cuenta con más de 600.000 km² de humedales (21,5% de la superficie). La extensión y variación del territorio nacional hace que tengamos una gran diversidad de formas como marismas, ciénagas, manglares, estanques, pantanos, lagunas, lagos, mallines, turberas, pastizales inundables, esteros, bañados, albuferas, rías y llanuras aluviales. La mayoría de las áreas de grandes humedales a menudo incluyen una combinación de varios tipos de humedales.
¿Por qué están en peligro?
A pesar de los grandes beneficios que brindan, los humedales son unos de los ecosistemas que sufren mayor deterioro, pérdida y degradación, y se prevé que esta tendencia negativa continúe como consecuencia del rápido crecimiento de la población, la producción y el consumo insostenible, el desarrollo tecnológico y el cambio climático. Los humedales son nuestro ecosistema más amenazado, desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.
Entre las actividades humanas que provocan la pérdida, degradación y vulnerabilidad de humedales está la ampliación de la frontera agrícola y urbana (drenaje y relleno para usarlos para agricultura y construcción), el uso de agrotóxicos, la contaminación, la pesca excesiva y la sobreexplotación de recursos, el desecho de residuos mal tratados. las especies invasoras y el cambio climático.
Este círculo vicioso de desaparición de humedales, medios de sustento amenazados y agudización de la pobreza es el resultado de una concepción errónea, que ve los humedales como meros terrenos baldíos en lugar de considerarlos fuentes de vida, empleos, ingresos y servicios ecosistémicos esenciales. Uno de los grandes desafíos es modificar esa percepción y alentar a los gobiernos y a las comunidades a valorar y priorizar los humedales.
¿Por qué es importante conservarlos?
Los humedales contribuyen de modo decisivo al bienestar humano al desempeñar funciones de las cuales se derivan múltiples beneficios.
- Diversidad biológica. Muchas especies de flora y fauna silvestres dependen completamente de los humedales. Son hábitats de suma relevancia para especies migratorias como las aves y cobijan a especies amenazadas. Algunos poseen una alta proporción de especies endémicas, es decir que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
- Amortiguación de las inundaciones. Los humedales desempeñan un papel importante en el control de las inundaciones. Pueden actuar como esponjas, al absorber el agua de las lluvias y las crecientes de los ríos, y permitir que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación, reduciendo con ello la velocidad y el volumen del agua que fluye aguas abajo.
- Mitigación y adaptación al cambio climático. Los humedales desempeñan funciones críticas en la mitigación del calentamiento global. Por un lado, son importantes sumideros de carbono y, por ende, su destrucción libera gases de efecto invernadero, en tanto que su restauración y creación se traduce en la retención de más gases de efecto invernadero. Por otra parte, los humedales cumplen un rol fundamental en la adaptación al cambio climático, ya que amortiguan el efecto de las tormentas y las inundaciones.
- Abastecimiento de agua. Los humedales retienen y almacenan agua, disponible para consumo humano, producción y sostenimiento de la vida silvestre. Cuando los humedales se encuentran situados sobre sedimentos y rocas permeables, el agua que retienen se filtra a través del suelo y recarga los acuíferos. Además, al retener sedimentos y nutrientes, muchos humedales actúan como filtros que pueden eliminar sustancias tóxicas de los cuerpos de agua.
- Valores culturales. Como proveedores de agua y muchos otros bienes y servicios, la población se ha asentado históricamente en zonas de humedales, desde los pueblos originarios hasta la actualidad, desarrollando un rico y diverso patrimonio cultural. Muchos humedales son sitios de gran relevancia arqueológica e histórica.
- Provisión de alimentos, materiales y medicinas. Los humedales generan gran variedad de productos de plantas, animales y minerales que son utilizados por personas de todo el mundo. Los productos de los humedales varían desde los alimentos básicos como el pescado, hasta la madera de construcción, leña, aceite vegetal, sal, plantas medicinales, tallos y hojas para la fabricación de tejidos, y forraje para animales. La intensidad y escala con que se cosechan y emplean esos productos varía enormemente, pudiendo intervenir en el proceso desde usuarios de subsistencia, cuya intensidad de producción es reducida, hasta explotaciones comerciales intensivas. Los humedales juegan un papel fundamental como sustento de los peces y de la pesca tanto a nivel comercial como de subsistencia.
- Estabilización de costas y protección contra tormentas. Las marismas salobres y otros humedales costeros sirven como primera línea de defensa contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas; mientras que las raíces de las plantas fijan los sedimentos y retienen nutrientes. En el caso de los deltas, la sedimentación permite la creación de nueva tierra.
- Recreación y turismo. La belleza natural y la diversidad de la vida animal y vegetal de muchos humedales hacen que sean lugares de destino turístico y recreativo muy apreciado. En muchos casos permiten generar ingresos a economías regionales y son sitios de relevancia para desarrollar actividades de educación ambiental.
¿Qué podemos hacer?
La sensibilización del público es urgente a escala nacional y mundial para revertir la pérdida acelerada de humedales y promover su conservación y restauración. El Día Mundial de los Humedales es el momento ideal para que las personas conozcan más estos ecosistemas de importancia crucial.