Miles de millones de animales, pertenecientes a más de 2.000 especies, realizan cada año viajes migratorios a través de la tierra, los mares y los cielos. Atravesando países y continentes, algunos recorren miles de kilómetros alrededor del mundo en busca de alimento y lugar para reproducirse. Incluyen algunos de los animales más emblemáticos del mundo, declara Amy Fraenkel en la Convención de las Naciones Unidas sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres. «Los elefantes, las ballenas, los delfines y las tortugas son todos migratorios».
Los animales migratorios actúan como indicadores del cambio ambiental, pero también desempeñan un papel integral en el mantenimiento de los complejos ecosistemas de nuestro planeta.
Pero hoy, cientos de especies migratorias –desde ballenas jorobadas hasta albatros errantes– están amenazadas debido a la actividad humana, según el primer informe de las Naciones Unidas sobre estos animales. El informe sobre el estado de las especies migratorias del mundo , publicado hoy, concluye que casi la mitad de los animales migratorios incluidos en una lista de especies vulnerables de la ONU están experimentando una disminución de su población. Aproximadamente una cuarta parte de las especies incluidas en la lista están en riesgo de extinción.
Como resultado de su naturaleza errante, estos animales encuentran una variedad de peligros a lo largo de sus rutas migratorias, afirma Wolfgang Fiedler del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Alemania, que no participó en el informe. «Una cigüeña puede estar en peligro en Europa central por el riesgo de electrocución que proviene de torres eléctricas mal construidas, en la región del Mediterráneo por envenenamiento ambiental y pérdida de hábitat y en el norte de África por la caza ilegal».
En 1983 entró en vigor un tratado internacional de la ONU cuyo objetivo era proteger a estos animales. Según el acuerdo, conocido como Convención sobre Especies Migratorias (CMS), se identificaron 1.189 especies como de particular interés, en parte porque cruzan regularmente las fronteras nacionales durante sus migraciones.
«Se trata de especies que realmente requieren la cooperación internacional para su supervivencia y conservación», sostiene Fraenkel.
Para comprender cómo les está yendo hoy en día a estos animales migratorios, Fraenkel y sus colegas realizaron un análisis exhaustivo de los datos de conservación de todas estas especies., y por primera vez, se dispone de pruebas concluyentes de los peligros a los que se enfrentan.
Desde 1990, 70 especies incluidas en la lista de la CMS –incluidas el águila esteparia (Aquila nipalensis) y el alimoche (Neophron percnopterus) – han visto un aumento en su riesgo de extinción. Importantes disminuciones demográficas han afectado al 44 por ciento de las especies incluidas en la lista de la CMS, y el 22 por ciento está en peligro de ser aniquilada por completo.
Aunque algunas especies migratorias****están mejorando, casi la mitad (el 44%) muestran un declive de su población. Más de una de cada cinco especies incluidas en la CMS está amenazada de extinción.
Los peces se han visto especialmente afectados: el 97 por ciento de los peces incluidos en la lista de la CMS, incluido el tiburón martillo (Sphyrna lewini) y el tiburón zorro pelágico (Alopias pelagicus), están en peligro o en peligro crítico, ya que su población ha disminuido un 90% desde la década de 1970.
El equipo también identificó otros 399 animales migratorios (que incluye muchas especies de albatros) que son vulnerables a la extinción pero que actualmente no figuran en la lista de la CMS. Aproximadamente la mitad de ellas son especies de peces.
La actividad humana es el factor más importante detrás de estas tendencias alarmantes. La sobrepesca, la contaminación y la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la urbanización ponen en riesgo a las especies. El cambio climático también es un problema.
Inger Andersen.
«Pero hay soluciones a estos desafíos», dice Kelly Malsch , miembro del equipo del Centro de Monitoreo de la Conservación Mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
«Las cosas tangibles incluyen reducir la contaminación lumínica o cambiar los artes de pesca para ayudar a reducir la captura incidental», dice. «También debemos seguir identificando estas regiones realmente importantes que las especies necesitan para migrar y convertirlas en áreas protegidas».
“Tales disminuciones y preocupaciones de conservación pueden no parecer únicas, dada la pérdida de áreas naturales y de la biodiversidad global en general, pero lo que es único son los desafíos en la conservación de las especies migratorias, especialmente aquellas que migran largas distancias o viajan a través de fronteras continentales, nacionales y culturales”, agrega Tong Mu de la Universidad de Princeton, que no participó en el informe. «Para que la conservación de las especies migratorias sea exitosa, la mayoría, si no todas, de estas amenazas deben abordarse en el momento adecuado y en los sitios adecuados, durante los cuales la coordinación y colaboración a gran escala suelen ser la clave».
¿Cuáles son las mayores amenazas para las especies migratorias?
El informe de la ONU destaca que las dos mayores amenazas para los animales migratorios están causadas por las actividades humanas. Tres de cada cuatro sufren el impacto de la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat. Siete de cada 10 están amenazadas por la sobreexplotación, que incluye tanto la captura intencionada en la naturaleza como la accidental.
«El informe de hoy nos muestra claramente que las actividades humanas insostenibles están poniendo en peligro el futuro de las especies migratorias, criaturas que no sólo actúan como indicadores del cambio ambiental, sino que desempeñan un papel integral en el mantenimiento de la función y la resistencia de los complejos ecosistemas de nuestro planeta», afirma Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. «La comunidad mundial tiene la oportunidad de traducir estos últimos datos científicos sobre las presiones a las que se enfrentan las especies migratorias en medidas concretas de conservación. Dada la precaria situación de muchos de estos animales, no podemos permitirnos retrasos y debemos trabajar juntos para hacer realidad las recomendaciones.»
¿Podemos sacar a esta especie migratoria del abismo?
Aunque la situación es preocupante, los autores del informe afirman que la recuperación de la población y de toda la especie es posible. Señalan los esfuerzos locales coordinados de conservación en Chipre, que han conseguido reducir en un 91% la captura ilegal de aves con redes. O el enorme éxito de la labor integrada de conservación y restauración en Kazajstán, que ha sacado al antílope saiga del borde de la extinción.
Foto de portada Darío Podestá