Esta iniciativa busca movilizar a la comunidad global para proteger la selva tropical más grande del mundo, que enfrenta amenazas significativas debido a la deforestación y la degradación ambiental.
La Amazonía es la selva tropical más grande y conocida del mundo. Si se toma como referencia la extensión del bosque primario, la selva amazónica es tres veces más grande que la de la cuenca del Congo, la segunda selva tropical más grande del mundo. La Amazonía, además, representa poco más de un tercio de la cubierta arbórea en los trópicos.
La selva amazónica, que se extiende a través de ocho países y un territorio de ultramar, es vital para la biodiversidad mundial y la regulación climática.
Alberga el 13% de las especies de vertebrados y plantas conocidas y es responsable de una parte considerable del agua dulce del mundo que fluye hacia los océanos. Además, actúa como uno de los mayores sumideros de carbono del planeta, desempeñando un papel crucial en la mitigación del cambio climático.
Las selvas tropicales tienen un papel clave en el mundo, sin embargo la deforestación y su degradación sigue en alza y es alarmante.
A pesar de su importancia, la Amazonía ha perdido casi el 17% de su extensión original y otro 17% está degradado. Sin acción inmediata, se estima que para 2030 se habrá perdido permanentemente el 27% de la selva, y para 2050, más del 60%. La declaración aprobada por el Parlamento Andino y otros organismos internacionales busca revertir esta tendencia alarmante.
La Amazonía ha perdido casi el 17% de su extensión original y otro 17% está degradado.
La iniciativa, impulsada por Carlo Ángeles junto al panel científico por la Amazonía y respaldada por el Parlamento Andino, resalta la necesidad de un enfoque coordinado para la conservación del Amazonas.
Se enfatiza la importancia de actualizar marcos legales y adoptar políticas efectivas que protejan la biodiversidad y los ecosistemas de la región. Entre las recomendaciones, se destaca la creación de un marco global que reconozca el estado de emergencia de la Amazonía y promueva su protección a nivel internacional.
Sin acción inmediata, se estima que para 2030 se habrá perdido permanentemente el 27% de la selva, y para 2050, más del 60%.
En este contexto, la reciente actualización del Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS) del Gobierno peruano, aunque inicialmente controvertida, subraya la importancia de garantizar el acceso a servicios de salud para todos, incluidas las comunidades más vulnerables de la Amazonía.
La aprobación de esta declaración no solo es un paso significativo hacia la preservación del Amazonas, sino también un llamado a la acción para líderes mundiales y comunidades internacionales. La próxima Asamblea General de las Naciones Unidas será una plataforma clave para abogar por la implementación de estas medidas y demostrar un compromiso firme con la sostenibilidad global.