La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), junto al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y a la Prefectura Naval Argentina (PNA), realizaron la primera campaña en el Mar Argentino de la Iniciativa Atlántica, mediante la cual buscan desarrollar un producto satelital capaz de monitorear la presencia de macroplásticos (piezas de un tamaño mayor a 5 milímetros) en el agua. Con este objetivo, profesionales de la agencia espacial nacional realizaron pruebas con un espectro-radiómetro en cercanías de la ciudad de Mar del Plata, cuyos datos servirán para avanzar en la validación de la información brindada por los satélites.
Esta iniciativa se inscribe en el marco del proyecto Plastic-Less Society (PLESS), impulsado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y del cual también participa la empresa de servicios tecnológicos europea GMV, con acciones en distintos mares del mundo para reducir el impacto ambiental de la basura marina mediante la percepción remota satelital. A su vez, responde a un interés de la comunidad internacional en relación a la creciente problemática de la contaminación de los mares y océanos con plásticos, debido a que constituyen la mayor parte de los desechos que afectan estos recursos hídricos a nivel global.
Mediciones en tierra y mar
La actividad consistió en medir la radiometría de los objetos de interés, los macroplásticos, en cercanías de Mar del Plata y en coincidencia con la pasada del satélite Sentinel 2 de la ESA. Por parte de la CONAE, participaron Pedro Rivolta y Sebastián Heredia, profesionales de la Gerencia de Vinculación Tecnológica, quienes recolectaron firmas espectrales.
La experiencia se realizó a bordo de un guardacostas de la Autoridad Marítima Nacional, con participación de oficiales de la Dirección de Protección Ambiental de la institución. Investigadores y técnicos del INIDEP y de la CONAE depositaron en el mar distintos objetos de plástico (cajones de pescado) con posición precisa y a una distancia entre ellos, y luego del horario estimado del pasaje del satélite, se retiraron del mar y fueron trasladados a tierra. Los macroplásticos se midieron con espectro-radiómetro de la agencia espacial, que se destaca por poseer una muy buena resolución espectral, con un rango de 350 a 2.500 nanómetros.
El proyecto Plastic-Less Society (PLESS), impulsado por la Agencia Espacial Europea (ESA) se propone reducir el impacto ambiental de la basura marina mediante la percepción remota satelital, y mitigar la creciente problemática de la contaminación de los mares y océanos.
La información satelital y la firma espectral obtenida en la campaña permitirán determinar la capacidad de detección de plásticos a partir de imágenes satelitales ópticas de Sentinel 2 y la posibilidad de desarrollar distintos tipos de procesamiento de datos, con el objetivo de obtener productos derivados automatizados.
«Nuestro objetivo es colaborar con el desarrollo de un algoritmo de detección de plásticos en la superficie del mar. Con las mediciones realizadas in situ obtenemos información, que combinada con la del sensor satelital, permitiría identificar anomalías respecto al entorno en los píxeles que contengan estos desechos”, explicó Heredia, y adelantó que además de las imágenes ópticas, también esperan poder incorporar a los estudios información radar de los satélites argentinos SAOCOM.
“Esta campaña es nuestra primera aproximación al proyecto. Hicimos mediciones en tierra de cajones de pescado y botellas, que son los residuos más característicos que se observan en las playas, para tener la firma espectral pura de estos elementos. Luego, una vez embarcados, realizamos las mediciones sobre islas de plástico que simulamos sobre el mar con cajones de pescado, para también obtener esas firmas, coincidiendo con la pasada del satélite”, informó el ingeniero agrónomo Pedro Rivolta, y agregó que ahora deberán comparar la información del radiómetro con la satelital para observar las anomalías, es decir si lograron detectar los macroplásticos desde el espacio para avanzar en el proyecto.
También se pronunció sobre el proyecto , y destacó, que «el objetivo de este monitoreo no sólo es aportar soluciones, sino que se puedan aplicar normas o leyes para poder controlar esta situación».
Luego de analizar los resultados de las primeras investigaciones, los especialistas detectaron una gran presencia de «desechos provenientes de la actividad pesquera, como cajones de pescado, redes y tanzas».
También, se registraron «residuos derivados de la actividad turística como botellas y bolsas plásticas, que forman parte de la basura costera que luego finaliza mar adentro», según detallaron los especialistas.