La activista climática adolescente Greta Thunberg, de 18 años, habló para muchos lectores de la revista científica cuando resumió el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) como un “resumen sólido (pero cauteloso)” de la mejor ciencia disponible. “Confirma lo que ya sabemos de miles de estudios e informes anteriores”, dijo. “No nos dice qué hacer. Depende de nosotros ser valientes y tomar decisiones basadas en la evidencia científica proporcionada en estos informes”.
Los jóvenes están leyendo e interactuando con la ciencia y las políticas sobre el clima y la biodiversidad de una manera que las generaciones anteriores no lo habían hecho. Y tienen una buena razón para hacerlo: sin acción, su futuro estará cada vez más dominado por las olas de calor, las tormentas y las inundaciones que han aparecido en las proyecciones climáticas desde que se abrió un informe del IPCC en 1990 con un prólogo que calificaba al calentamiento global como “potencialmente el mayor desafío ambiental global al que se enfrenta la humanidad”.
“La gente está sufriendo. La gente está muriendo. Ecosistemas enteros se están derrumbando“, advirtió Thunberg en una cumbre de acción climática de la ONU en la ciudad de Nueva York en 2019. “Estamos en el comienzo de una extinción masiva, y de lo único que se puede hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno“.
“Reemplazar los combustibles fósiles es solo una parte (aunque hay que reconocer que es muy grande) de un rompecabezas de mil piezas. La escala del desafío neto cero no se parece a nada que haya existido antes. Abordar el calentamiento global requiere una revolución en la forma en que se manejan las economías y en las decisiones que deben tomar los líderes mundiales. La energía y la industria, la agricultura, los servicios financieros, el transporte y mucho más deben transformarse. Los ecosistemas naturales que absorben las emisiones de carbono necesitan protección”, sostienen los investigadores en el informe.
Durante generaciones, los líderes mundiales han aceptado, en principio, que el planeta debe ser habitable para quienes les sucedan. Pero esta promesa nunca se cumplió, quizás porque las “generaciones futuras” no eran mucho más que palabras en un documento de política. Ahora eso ha cambiado. Las nuevas generaciones se hacen oír.
Algunas de las frases más impactantes de la adolescente sueca son:
1. “El cambio climático no es solo una amenaza, es, sobre todo, una oportunidad”.
Cuando Thunberg inició su discurso días atrás en la Cumbre Pre-COP26 para apelar a los líderes, una vez más, a priorizar la protección del planeta, había un tono de esperanza en su voz cuando explicó que la crisis climática no debe verse como un problema solo, sino como una oportunidad. Incluso continuó diciendo que con la innovación, la cooperación y la creación de empleos verdes, las cosas pueden cambiar.
“El cambio climático no es solo una amenaza, es, sobre todo, una oportunidad para crear un planeta más saludable, más verde y más limpio que nos beneficie a todos. Debemos aprovechar esta oportunidad“, remarcó la activista.
2. “Bla, bla, bla… Esto es todo lo que escuchamos de nuestros supuestos líderes, palabras”.
Reiterando el mensaje que había amplificado solo una semana antes de la cumbre en la huelga mundial de jóvenes por el clima, la joven de 18 años destacó que los líderes mundiales deben finalmente poner sus palabras en acción. También subrayó que “fingen que nos están escuchando, pero no lo están”, al explicar que los líderes mundiales han usado palabras para encubrir su inacción ante la crisis.
“Bla, bla, bla… Esto es todo lo que escuchamos de nuestros supuestos líderes, palabras. Palabras que suenan muy bien, pero hasta ahora, no han llevado a ninguna acción. Nuestras esperanzas y sueños se ahogan en sus palabras vacías y sus promesas“, advirtió.
3. “La crisis climática es, por supuesto, solo un síntoma de una crisis mucho mayor”.
Thunberg se tomó un momento para reconocer que “el cambio climático es el resultado de un problema social más profundo, más específicamente, una crisis de desigualdad que ha sido totalmente provocada por el hombre y que se remonta a siglos”. El punto que destaca aquí es que el mundo no puede enfrentar el cambio climático solo, sino que debe simultáneamente tomar medidas enérgicas contra las desigualdades e injusticias sociales que han ayudado a definir la crisis climática y a quienes sufren mucho como resultado de ella.
“La crisis climática es, por supuesto, solo un síntoma de una crisis mucho mayor -sostuvo-. Una crisis basada en la idea de que unas personas valen más que otras y, por tanto, tienen derecho a explotar y robar la tierra y los recursos de otras personas. Es muy ingenuo creer que podemos resolver esta crisis sin enfrentarnos a sus raíces“.
Durante generaciones, los líderes mundiales han aceptado, en principio, que el planeta debe ser habitable para quienes les sucedan. Pero esta promesa nunca se cumplió, quizás porque las “generaciones futuras” no eran mucho más que palabras en un documento de política. Ahora eso ha cambiado. Las nuevas generaciones se hacen oír.
4. “La falta de acción intencional de nuestros líderes es una traición”.
Esto es lo que dijo Thunberg antes de entrar en una lista detallada de todas las formas en que los líderes mundiales se habían contradicho al prometer cambios, pero no implementarlos. Continuó diciendo que los líderes habían continuado otorgando licencias petroleras e invirtiendo en minas de carbón mientras se “felicitaban descaradamente a sí mismos” por el muy poco trabajo que han hecho para proteger el planeta.
“La falta de acción intencional de nuestros líderes es una traición. Las personas en el poder no pueden afirmar que lo están intentando porque claramente no es así”, subrayó.
5. “Ya no podemos dejar que las personas en el poder decidan qué es la esperanza”.
La joven activista dio fin a sus declaraciones recordándoles a los jóvenes presentes el poder que tienen. Hizo hincapié en que mientras el mundo espera que los líderes “hagan lo que predican”, el poder de actuar y pedir un cambio sigue estando en manos de la gente. Terminó su discurso diciendo: “Podemos hacer esto, estoy absolutamente convencida de que podemos, pero comienza con la gente, con la acción y comienza ahora”.
“Ya no podemos permitir que las personas en el poder decidan qué es la esperanza. La esperanza no es pasiva. La esperanza no es ‘bla, bla, bla’. La esperanza dice la verdad y siempre viene de la gente“, concluyó.