Dinamarca llegó a una nueva etapa en la construcción de una isla artificial de producción de energía en el mar del Norte, anunció su gobierno, impulsor del proyecto estimado con un costo de unos 36.000 millones de dólares.
«Esperamos que el proyecto tendrá aun mayor influencia, al inspirar otros», declaró el ministro danés del Clima, Dan Jørgensen.
Previsto para construirse a 80 km de las costas de Jutland en el oeste de Dinamarca para captar vientos potentes, este lugar reunirá en el futuro 200 y después 600 grandes torres eólicas en el mar.
«El inicio de la construcción sería en 2026 y esperamos que esté terminado en 2030 o 2033», declaró un portavoz del ministerio del Clima, aunque Dinamarca debe aún buscar inversionistas privados para el proyecto.
Con una capacidad de 3 y luego 10 gigawatts, los responsables del proyecto calculan una producción de electricidad que puede abastecer de 3 a 10 millones de hogares.
Presentado como una primicia mundial y la mayor obra realizada en Dinamarca, el proyecto será en su mayoría propiedad del gobierno danés, en sociedad con privados.
El proyecto se inscribe en el marco de los esfuerzos de Dinamarca para reducir en 70% sus emisiones de CO2 de aquí a 2030 con relación al nivel de 1990, uno de los objetivos más ambiciosos en Europa.
Con una capacidad de 3 y luego 10 gigawatts, los responsables del proyecto danés calculan una producción de electricidad que puede abastecer de 3 a 10 millones de hogares.
El proyecto belga
Bélgica es el cuarto país del mundo en desarrollo de energía eólica marina y su gobierno planea usar parte de los nuevos fondos europeos post-pandemia para financiar la construcción de una “isla energética multifuncional” a 40 kilómetros de su costa y que tendría 281 kilómetros cuadrados de superficie y sólo con energía eólica sería capaz de producir 2,1 gigawatios de electricidad, lo mismo que producen dos reactores nucleares de última generación.
La isla sería construida en la costa belga cerca de la frontera francesa y albergaría otras actividades, como la producción de hidrógeno verde e incluso antenas de telecomunicaciones 5G y de la futura generación 6G.
El Ministerio de Energía estima que sólo la construcción de la isla costaría unos 420 millones de euros, por lo que se llevaría casi el 10% de los 5.000 millones de euros que le tocan a Bélgica de los nuevos fondos europeos.
El gobierno reconoce que trabajar en alta mar es más caro pero que los costos extra de la construcción se amortizarán en unos pocos años. La idea, si termina por lanzarse su construcción y Bruselas acepta el proyecto como uno de los pilares del plan nacional de reformas e inversiones del gobierno belga, es que la isla esté construida y operativa para mediados de 2025.