Todos sabemos que el daño va a ser irreversible y que el planeta está dando claras señales de que debemos cambiar nuestra forma de vivir con urgencia. Pero ¿qué espera la humanidad para accionar contra el cambio climático?
El escultor español Isaac Cordal aborda los problemas inminentes que enfrenta el medioambiente con la utilización de sus pequeñas figuras de no más de 25 cm, para mostrar la naturaleza apática de una gran parte de la sociedad cuando se trata de hacer frente al cambio climático, o incluso al simple hecho de reconocerlo. Las estatuas en miniatura, simplemente esperan en su resignada mala suerte, ser alcanzados por fuerzas naturales destructivas. Cordal refleja la pasividad inexplicable que las personas tienen hacia la catástrofe ambiental inminente, como es el calentamiento global, que nos afectará a todos.
Isaac Cordal aborda los problemas inminentes que enfrenta el medioambiente para mostrar la naturaleza apática de una gran parte de la sociedad cuando se trata de hacer frente al cambio climático, o incluso al simple hecho de reconocerlo.
El artista plantea una crítica social a través del emplazamiento público de sus obras, que recuerdan a los liliputienses de Los Viajes de Gulliver. «Me interesan los lugares en los que haciendo zoom, se convierten en un universo por sí mismos, como un paisaje amplificado lleno de nuevos significados», reflexiona Cordal.
Su obra se puede ver tanto en galerías como en espacios urbanos. Esculturas pequeñas nómadas se han visto en ciudades como Bruselas, Londres, Berlín, Zagreb, Nantes, San José, Barcelona, Viena, Malmo, París, Milán, Bogotá, entre otras. Su obra es una reflexión crítica sobre la idea de progreso, de la miseria humana y el cambio climático, entre otros temas.