Los fragmentos de plástico que contaminan las fuentes de agua en todo el mundo y que son dañinos para nuestra salud y la del planeta, podrían reciclarse para fabricar electrodos para baterías de iones de litio.
Jinsub Choi de la Universidad de Inha en Corea del Sur y su equipo, encontraron una manera de extraer microplásticos hechos de polietileno, el tipo de plástico más común, del agua contaminada y convertirlos en electrodos para baterías de iones de litio. Este es el tipo de batería que se usa habitualmente para alimentar teléfonos, computadoras portátiles y vehículos eléctricos entre otros
Este gran hallazgo permite eliminar un problema ambiental transformando contaminantes -a través de la electrocoagulación- en recursos útiles
Para arribar a estos resultados, los investigadores colocaron dos piezas de lámina de hierro en aproximadamente 200 mililitros de agua que contenía 0,5 gramos de microplásticos de polietileno, una concentración relativamente alta. El fluido también contenía una cantidad de sal comparable a la del agua de mar.
Al conectar la lámina de hierro a un circuito eléctrico, Choi y sus colegas generaron partículas de hierro con carga positiva en la solución. Estos se unen a los microplásticos cargados negativamente, que tienen menos de 5 milímetros de ancho.
Utilizaron un imán para extraer los microplásticos ahora recubiertos de hierro y los calentaron para crear nanopartículas de hierro recubiertas con una capa de carbono derivada de los microplásticos.
Las baterías de iones de litio que contienen los discos derivados de microplásticos podrían almacenar aproximadamente cinco veces más carga eléctrica por gramo que las que tienen ánodos hechos solo de grafito.
Sin embargo, los de grafito, que se usan comúnmente en las baterías de iones de litio, pueden mantener su capacidad durante más de 1000 recargas, mientras que esto disminuyó en los electrodos derivados de microplásticos después de unas 600 cargas, dice Shahid Rasul de la Universidad de Northumbria, Reino Unido.
“Quitar los microplásticos de las aguas residuales para generar material para baterías creo que es una gran idea para avanzar hacia una economía circular”, dice Rasul. El enfoque también debería funcionar con diferentes tipos de microplásticos, pero esto debe probarse, dice.
Sin embargo, no está claro qué tan fácil sería ampliar el enfoque.
“Tiene potencial para tratar aguas residuales de instalaciones específicas, por ejemplo, las provenientes de fábricas farmacéuticas”, dice Rasul. Pero probablemente no funcionaría a mayor escala, como en los océanos, porque eso requeriría imanes enormes, dice Rasul.
En última instancia, la gran cantidad de microplásticos que contaminan nuestras fuentes de agua significa que se necesitan muchos enfoques, dice.
Con información de Advanced Science , DOI: 10.1002/advs.202205675