La jinete británica Charlotte Dujardin, tres veces campeona olímpica, ha sido expulsada de los Juegos Olímpicos de París 2024 tras la filtración de un vídeo en el que se la ve utilizando una fusta de forma abusiva contra un caballo durante un entrenamiento.
El video, grabado hace cuatro años, fue difundido por el abogado Stephan Wensing, cuyo cliente filmó la situación y decidió hacerla pública años después. «Si necesitas golpear así a un caballo para hacer deporte, ya no es deporte», declaró Wensing al diario The New York Times. En las imágenes se observa a la jinete propinando más de 20 latigazos al animal en menos de un minuto.
Aunque el uso de la fusta está permitido en los entrenamientos de doma, siempre que no sea excesivo, la Federación Ecuestre Internacional (FEI) suspendió provisionalmente a Dujardin y le impuso una sanción que podría extenderse hasta seis meses sin competir. «No se puede utilizar el fuste con demasiada dureza porque los caballos son muy sensibles y reaccionan mal», explicó Madeleine Hill, experta ecuestre, a la BBC.
Pedido de organizaciones animalistas
A raíz de este incidente, PETA y otras organizaciones defensoras de los animales han solicitado la eliminación de las pruebas ecuestres de los Juegos Olímpicos. Argumentan que el bienestar de los caballos no está garantizado en estas competiciones.
La británica Charlotte Dujardin, de 39 años, es la atleta femenina británica más condecorada con seis medallas olímpicas, entre ellas tres oros. Fue considerada como una de las principales candidatas a portar la bandera de Reino Unido en la ceremonia de apertura de París 2024. En un comunicado, la Federación Ecuestre Británica lamentó el incidente y afirmó que «como guardianes del deporte ecuestre, debemos llevar los más altos estándares de cuidado y bienestar de los equinos.
Por su parte, Dujardin se disculpó públicamente, asegurando estar «profundamente avergonzada». Y agregó: «No hay excusa. debería haber dado un mejor ejemplo en ese momento”.
Este escándalo ha supuesto un duro golpe no solo deportivo, sino también de imagen para la delegación británica, que pierde a una de sus principales esperanzas de medalla en París 2024.