Cada año, la economía global genera más de 100 mil millones de toneladas de materiales, de los que menos de un 10% se recupera para su reuso o reciclado. Según el reporte “Circularity Gap” (la brecha circular), más del 90% de la economía del mundo funciona bajo un modelo lineal de extracción, producción, consumo y desecho, lo cual agrava la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación de los ecosistemas.
El trabajo fue presentado durante el Foro Global de Economía Circular que se realizó del 30 de mayo al 2 de junio en Helsinki, Finlandia. En el encuentro se debatieron las problemáticas, pero también las posibles soluciones dado que el país nórdico es uno de los pioneros en establecer un plan de acción hacia la economía circular.
¿De qué se trata? Del diseño de productos que puedan ser reusados o reciclados al final de su vida útil, y el desarrollo de nuevos biomateriales para distintas industrias (textil, construcción, packaging, entre otros) que reemplacen al plástico o a otros materiales no renovables cuya extracción genera contaminación y/o depredación de la naturaleza.
“El mundo enfrenta hoy las problemáticas del Cambio Climático y la pérdida de biodiversidad; y los países se comprometieron a reducir sus emisiones en el acuerdo climático de París en 2015 y a conservar el 30% de los ecosistemas terrestres y oceánicos para 2030 en la cumbre de Biodiversidad de Canadá el año pasado”, señaló durante la apertura del Foro de Economía Circular Jyrki Katanien, ex primer ministro de Finlandia y presidente de la Fundación Sitra, co-organizadora del evento.
“Los países se comprometieron a conservar el 30% de los ecosistemas para 2030 en la cumbre de Biodiversidad. Para preservar el 70% restante de nuestro planeta debemos pasar la actual economía lineal a un modelo económico circular”.
“Para preservar el 70% restante de nuestro planeta debemos pasar la actual economía lineal a un modelo económico circular”, sostuvo. “En lugar de producir más y más bienes; en una economía circular obtenemos más valor de aquello que producimos, y mantenemos ese valor circulando en la economía el mayor tiempo posible a través de un diseño más inteligente; soluciones digitales y un cambio de paradigma desde la propiedad al uso de servicios y experiencias”, apuntó Katanien.
De acuerdo al reporte Circularity Gap, “al combinar las agendas de mitigación climática y economía circular, el mundo podría reducir un 50% la generación de residuos; un 39% las emisiones de gases de efecto invernadero y un 28% el uso de recursos naturales y materias primas vírgenes”.
En lugar de producir más y más bienes; en una economía circular obtenemos más valor de aquello que producimos, y mantenemos ese valor circulando en la economía el mayor tiempo posible», Jyrki Katanien – Presidente de la Fundación Sitra.
Innovación y nuevos negocios
Para acelerar la transición desde la economía lineal a la circular, Finlandia impulsa el concepto de “ciudades circulares”. Kera, a 20 kilómetros de Helsinki, es el primer desarrollo urbanístico que se está construyendo en base a este paradigma. El proyecto comenzó a fines de 2020 y se desarrollará durante la próxima década. Todo allí está pensado bajo el concepto de circularidad: edificios construidos con biomateriales y energéticamente eficientes, espacios flexibles; un sistema que prioriza el transporte público, las bicicletas y la movilidad eléctrica, y busca atraer a compañías innovadoras y a personas con bajo impacto ambiental.
Una de las empresas que ya funciona en Kera es InnoGreen. Su negocio es construir techos verdes y huertas verticales, que además de producir alimentos, capturan carbono, son aislantes del ruido y la temperatura, embellecen el paisaje y mejoran el ánimo de las personas.
También Hyperion Robotics, una startup tecnológica dedicada a la producción de biomateriales de construcción basados en residuos forestales y agrícolas mediante impresoras 3D. Su innovador sistema, que permite producir los materiales en minifábricas operadas por brazos robóticos, reduce el consumo energético y emite 30 veces menos CO2 que la producción convencional de hormigón y concreto. La firma tiene convenios con varias compañías internacionales de infraestructura y construcción, como la argentina Techint. Infinited Fiber convierte los residuos textiles en nuevas fibras para la industria, y actualmente es proveedora de marcas líderes como Adidas y Zara. “A partir de reconvertir la basura textil en materia prima, estamos transformando la industria de la moda, porque no hay necesidad de extraer recursos naturales y emplear químicos para fabricar nuevas fibras textiles, ya que se pueden obtener a partir de la ropa usada”, comentó Kirsi Roine, co-directora de la marca.
Actualmente Finlandia recicla el 40% de sus residuos y el 60% restante es incinerado y convertido en energía. Hace décadas que este país erradicó sus basurales y rellenos sanitarios. La gestión de los residuos sólidos urbanos está a cargo de cada municipio, y los desechos industriales, comerciales y de construcción son gestionados por compañías privadas como Remeo, en cuya planta automatizada en las afueras de Helsinki, utiliza robótica e inteligencia artificial para la clasificación, recuperación y reciclado o incineración de estos residuos.
El 90% de la economía global es lineal.
Consumo responsable y educación
Además de las innovaciones científicas y tecnológicas, el país promueve innovaciones sociales que permiten un cambio en los comportamientos de consumo. Ubicado en el centro de Helsinki, Nolla (cero en Finlandés) es un restaurante “zero waste”. Cada detalle en este local gastronómico busca reducir al mínimo los residuos y la huella ambiental: vajilla de materiales reciclados, mantelería de tela, y un menú basado en productos de estación y locales. Las porciones son justas, para evitar el desperdicio de alimentos. Y si algo sobra, se puede llevar en envases compostables o se dispone en una compostera, que convierte los residuos orgánicos en abono y energía. Nolla tiene un costado social: el local emplea a personas en vulnerabilidad (jóvenes sin experiencia laboral, adultos mayores, personas con discapacidad, migrantes) y les brinda capacitación. A pocos minutos del centro de Helsinki, se encuentra Nihtisilta un verdadero megashopping de productos usados y de segunda mano. Se trata de un emprendimiento público-privado (con participación mayoritaria del municipio), donde se pueden comprar todo tipo de productos (indumentaria, calzado, muebles, electrónicos, productos de bazar, libros usados, pero en perfecto estado y a precios muy convenientes (desde uno o dos euros). Aquellos productos que no logran ser vendidos, pueden ser retirados gratis o son donados a instituciones o personas en vulnerabilidad.
Hoy existen a lo largo del país nórdico 12 locales de este tipo, abastecidos por las donaciones de los ciudadanos que desean reducir su huella ambiental, y a la vez deshacerse en forma responsable de los objetos que ya no necesitan.
Sin duda, la clave para lograr una mayor conciencia ambiental, es la educación. Y en Finlandia, la educación ambiental comienza desde el nivel inicial y se extiende hasta el nivel universitario y superior.
La transición hacia una economía circular, donde los recursos se reutilicen y reciclen en lugar de producir todo el tiempo objetos nuevos que terminan acumulándose o en la basura, es urgente e indispensable. Las soluciones tecnológicas y los nuevos modelos de negocios están disponibles. El tiempo de hacerlo es ahora.
No tenemos un planeta B.
La periodista de Qi, Gabriela Ensinck es integrante de FOPEA y participó del Foro de Economía Circular en Helsinki, invitada por el ministerio de Relaciones Exteriores de ese país y la Fundación SITRA.
Fuente: Circularity Gap, 2023, Foro Global de Economía Circular