Una de las materias primas más importantes para tecnologías clave en la transición energética es el cobre, cuyo precio lleva años aumentando a niveles sin precedentes. Las minas y la producción de cobre registran beneficios multimillonarios. Pero ¿qué consecuencias tiene la minería para el medio ambiente?
El grupo Aurubis, con sede en Hamburgo, Alemania, es el mayor productor de cobre de Europa. Con este metal, Aurubis obtuvo beneficios de más de 350 millones de euros en 2020/2021. A pesar de la pandemia de coronavirus, la empresa registró el mejor resultado de su historia. Alrededor de 7.000 empleados en todo el mundo producen más de un millón de toneladas de cobre.
La transición energética requiere una gran cantidad de cobre que a menudo se extrae en Sudamérica con enormes daños ecológicos.
La minera alemana obtiene el mineral para sus hornos de fundición de varios países mineros, y Chile es uno de sus principales proveedores. Si bien Aurubis pregona altos estándares en las cadenas de suministro y un código de conducta que todas las empresas colaboradoras deben seguir, la minería causa un inmenso sufrimiento allí donde se practica.
En el extremo norte de la provincia de Chuquicamata se encuentra la mina de cobre más grande del mundo. Está en el Desierto de Atacama, uno de los lugares más secos del planeta. Allí el suelo está siendo desgarrado a una escala colosal para extraer el valioso metal.
En esa región tan seca, la mina absorbe grandes cantidades de agua y para los habitantes de los pueblos cercanos, el agua es cada vez más escasa y además, está contaminada con metales pesados. El terrible resultado es una tasa de pacientes con cáncer entre cinco y seis veces superior a la del resto del país.
Con la fuerte subida de los precios del cobre, se está considerando la posibilidad de volver a extraerlo en Alemania. Se estima que en el subsuelo de la región de Lusacia se encuentran 130 millones de toneladas de cobre.
Las minas absorben grandes cantidades de agua y para los habitantes de los pueblos cercanos, el agua es cada vez más escasa y además, está contaminada con metales pesados. El terrible resultado es una mayor tasa de pacientes con cáncer.
Investigadores españoles alertan del impacto ambiental de la minería ‘verde’, en un informe en el que detallan que más del 20% de los conflictos medioambientales del planeta se deben a la minería, problema al que afirman se destina menos atención de la que se debería.
El Atlas de Justicia Ambiental, coordinado por el Instituto de Ciencias y Tecnologías Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), MiningWatch Canadá y las comunidades afectadas de nueve países americanos, han publicado un informe que documenta algunos de los impactos sociales y ambientales de la denominada minería ‘verde’, de litio, cobre y grafito.
Esta minería, denominada ‘verde’ porque suministra materia prima (cobre, litio y grafito) para la industria de transición energética, afecta entre otros países, a Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, México, EEUU y Canadá.
El informe, que recoge 25 casos, documenta cómo la industria minera mundial se ha posicionado rápidamente como la solución a la crisis climática, con empresas y países compitiendo por proporcionar los 3.000 millones de toneladas de metales y minerales que, según algunas estimaciones, se necesitarán en los próximos 30 años para impulsar la transición energética.
Alerta también, de que esta minería «ya se está expandiendo rápidamente en ecosistemas frágiles y biodiversos» como la Amazonia y las selvas tropicales, las zonas glaciares, las salinas, las cordilleras y zonas húmedas, «zonas de vital importancia para el suministro de agua dulce, el mantenimiento de la vida y la regulación de nuestro clima mundial».
«Esta minería ya se está expandiendo rápidamente en ecosistemas frágiles y biodiversos como la Amazonia y las selvas tropicales»
«Esta fiebre por metales y minerales se está convirtiendo en una oportunidad financiera sin precedentes para las empresas mineras» según los investigadores, quienes aseguran que «el fuerte aumento en la presión extractiva de metales y minerales está profundizando la crisis ambiental y social, convirtiendo uno de los orígenes de la crisis climática en un aparente pilar para su solución».
El informe advierte que una transición energética que dependa en gran medida de la extracción de nuevos materiales «reforzará las injusticias y la insostenibilidad que han agravado la crisis climática en la que nos encontramos a nivel mundial».
Según la investigadora del ICTA-UAB, Mariana Walter, «alrededor del 20% de los 3.550 conflictos socioambientales documentados en el Atlas de Justicia Ambiental corresponden a conflictos por la extracción de metales y minerales en el mundo».
«Se trata de la actividad más conflictiva documentada en el EJAtlas, y una transición energética basada en la extracción minera no hará más que expandir e intensificar estos conflictos, tanto en el Sur como en el Norte global», según Walter.
¿Es posible extraer cobre de forma respetuosa con el medio ambiente?
La clave puede estar en Canadá. En la década de 1970, los territorios que rodean las minas de cobre de Ontario se consideraban la zona más envenenada de toda Norteamérica. Con mucho esfuerzo y tecnología moderna, Canadá consiguió sanear el paisaje, crear nuevos bosques y eliminar del agua los metales pesados. Todavía se extrae cobre, pero ahora «de la forma más ecológica posible», dicen.
Si realmente es posible extraer cobre «de forma limpia”, ¿por qué no se hace?