El mayor desafío es implementar prácticas que restauren el ritmo natural de los ecosistemas y que generen impacto positivo. De eso se trata la agricultura regenerativa , que Unilever en alianza con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), incorpora a su estrategia afianzando así su compromiso con el cuidado del ambiente.
El viernes 16 de diciembre, al aire libre y con un repertorio de violines, Unilever dio a conocer la iniciativa en el Museo Saavedra, uno de los pulmones verdes de la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien la compañía lleva 30 años de trabajo conjunto con el INTA para la producción de las hortalizas que utiliza en los productos de su marca Knorr, este nuevo acuerdo va más allá. No solo tiene en cuenta la necesidad de ser sustentables en los procesos sino también de llevar adelante prácticas agrícolas que restauren el ritmo natural de los ecosistemas, de manera que se conserven y revitalicen los procesos biológicos del suelo.
Esta nueva iniciativa tendrá un impacto positivo no solo en la producción de hortalizas, sino también en las comunidades de la zona, la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad agrícola.
Natalia Giraud, Head de Asuntos Corporativos de Unilever, destacó el protagonismo de Knorr en la planta de Mendoza, “allí trabajamos con los agricultores de forma sustentable y son 400 familias que dependen de ese trabajo. Para todo nuestro plan de desarrollo sostenible, las alianzas son clave porque no podemos hacerlo solos, por eso el INTA es nuestro aliado desde más de 30 años”.
Este acuerdo, público privado, entre el INTA y Unilever, tiene como objetivo promover las prácticas de agricultura regenerativa entre los agricultores, para el cultivo de alimentos en armonía con la naturaleza. “El trabajo conjunto con los productores que abastecen a la planta deshidratadora de Unilever nos permitirá experimentar, aprender, adoptar y difundir prácticas de agricultura regenerativa que contribuyan a la sostenibilidad ambiental, económica y social de los productores y de todo el sector”, manifestó Claudio Galmarini, el director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA. De manera que, este compromiso se apoya en un plan para sembrar hoy lo que las generaciones futuras cosecharán mañana.
Este proyecto conjunto invita a trabajar con la naturaleza y no contra ella, el resultado es la producción de alimentos más nutritivos, cultivos más resistentes y un menor desperdicio del agua.
En la planta de Unilever ubicada en Guaymallén, Mendoza, se cultivan 13 vegetales diferentes y se reciben anualmente 15.000 toneladas de vegetales crudos, que se traducen en 3.200 toneladas de vegetales deshidratados entre escamas, granulado y polvo. Esta planta es la única deshidratadora de Unilever en el mundo y la más grande de Argentina y desde allí, nacen los productos de Knorr y el trabajo de la marca para inspirar a las familias a comer mejor y más variado.
«Los vegetales están en el corazón de todo lo que hacemos en Knorr, son cultivados y cosechados por agricultores locales, pasan por la planta en Mendoza donde son cuidadosamente deshidratados para que podamos preparar comidas ricas y fáciles, todo el año. Buscamos constantemente agregar valor desde el origen, fomentando una producción inteligente y responsable desde lo ambiental, social y económico. Queremos inspirar a más personas a comer mejor, a incorporar más variedad y cantidad de vegetales, promoviendo una alimentación más consciente y saludable desde el origen.» destaca Ana Hernández Hermida, Brand Manager Knorr Argentina.
Sobre la planta de producción de alimentos mendocina, Natalia Giraud, aseguró que es «un emblema en términos de agricultura sostenible ya que allí está representado el triple impacto». Además, contó que actualmente, «el negocio sostenible es la única manera de hacer negocios y este paso que damos hacia la promoción de la agricultura regenerativa demuestra el compromiso que asume la compañía en la búsqueda constante por agregar valor desde el origen, maximizando el impacto positivo en materia de sustentabilidad, cultivando los alimentos en armonía con la naturaleza, y regenerándola para hoy y para el futuro.»
“Decidimos pasar de la sustentabilidad a la regeneración”, anunció Giraud. La compañía incorpora así, los principios de la agricultura regenerativa con el propósito de proteger y mejorar las comunidades locales y su bienestar. Pero también, producir cultivos con suficiente rendimiento y calidad nutricional, optimizando el uso de recursos renovables y minimizando el uso de recursos no renovables, con prácticas agrícolas que conserven y revitalicen los procesos biológicos del suelo. “Ya no se trata de hacer menos mal sino de hacer más bien al planeta, creo que ese es el camino”, agregó la ejecutiva.