La imagen de un desierto como el de Atacama -en el norte de Chile- inundado de ropa usada es, quizás, la muestra más clara de lo que está ocurriendo en nuestros mares y ríos, pero a nivel microscópico.
Los científicos llevan años advirtiendo acerca de cómo la industria textil está inundando de microplásticos el planeta. Ya sea por su acumulación en un vertedero como a través del lavado de ropa, lo cierto es que la moda rápida está contaminando el medioambiente a un ritmo alarmante.
De acuerdo con un reciente estudio de la Universidad Rovira Virgili, la mayor parte de los microplásticos que acaban en el mar y se filtran en los sedimentos marinos de las playas, nacen en nuestra vestimenta. Esto no se limita a una región, sino que se reproduce alrededor del mundo.
La industria de la moda es la segunda más grande del mundo y la segunda más contaminante, casi al nivel de la industria del petróleo que ocupa la primera posición. Según Textile Network, solo en 2018 produjo 111 millones de toneladas métricas de tejidos, de los cuales el 71,1% eran sintéticos. Además, debido al cambio de moda en cada temporada, muchas de estas prendas terminan en vertederos de ropa que luego llegan a los mares.
Es que actualmente, casi el 70% de la ropa que usamos se fabrica con fibras derivadas del petróleo. Esto se puede comprobar fácilmente al leer las etiquetas: si tiene un porcentaje de Poliéster, Nylon, acrílico y/o poliamida, es que la prenda es plástica.
La producción de microfibras sintéticas como el Poliéster y el Nylon comenzó a mediados de los años 50 como reemplazos más accesibles de materiales nobles como el algodón, la seda y la lana. Desde entonces, y con la utilización de electrodomésticos como el lavarropas, la liberación de estos productos se cuenta por toneladas, con una mayor incidencia en la última década.
Pero, ¿cómo llegan al medio marino? Sobre todo, a través de torrentes y rieras, derrames de polímeros de plástico de origen industrial y derrames directos al mar por parte de embarcaciones.
La industria de la moda rápida está contaminando el medioambiente a un ritmo alarmante; es la segunda más contaminante del planeta.
Más del 50% de los microplásticos que hay en el mar «son microfibras procedentes de la fabricación, lavado y uso de ropa sintética, pobladores habituales de la mayoría de nuestros armarios», señala la coordinadora de proyectos internacionales de Trashumancia y Naturaleza, Concha Salguero; y agrega que se trata de un problema que afecta a todas las zonas marinas del planeta, desde las aguas costeras a los fondos oceánicos pues, «como aseguran los expertos, cada prenda suele desprender hasta 700.000 fibras durante el lavado. El impacto ambiental de la industria textil se conoce desde hace años» y la respuesta la ofrece la naturaleza con la «vuelta a las fibras naturales y biodegradables» argumenta Salguero.
En este sentido, desde Trashumancia y Naturaleza destacan el valor de la lana como material renovable, reutilizable y 100% biodegradable que, lamentablemente, se «considera un subproducto ganadero en lugar de producto». Su potencial abarca nuevas aplicaciones tecnológicas que puede generar un material capaz de desbancar al plástico.
Un problema ambiental y de salud
Como se mencionó, la utilización de fibras plásticas es un problema porque proviene de los combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático. En ese sentido, el modelo de producción y consumo actual fomentan los intereses individuales, pero van contra el equilibrio del ambiente. Estos tejidos sintéticos liberan millones de microplásticos que en cada lavado de la ropa llegan a los mares y océanos del mundo, afectando la biodiversidad en los ecosistemas marinos.
Pero la contaminación también representa un problema para la salud de las personas: los plásticos del mar pueden ser consumidos por los humanos mediante alimentos, y además de funcionar como disruptores endócrinos, estos plásticos marinos captan metales pesados que llegan al organismo y pasan fácilmente al sistema nervioso, al hígado o a los riñones, por lo que podrían influir en problemáticas hormonales y de las células del cuerpo.
10 tips para desplastificar tu armario, ¡inspirate!
- Consumir menos: comprar solo lo necesario e invertir en objetos perdurables.
- Alquilá o pedí prestado: cuando necesitás prendas sólo para una ocasión.
- Comprá segunda mano: recirculá para reducir el impacto.
- Lee las etiquetas y decidí si querés sumar más plástico a tu guardarropas.
- Utilizá menos perchas plásticas, reemplazá por cajas y colgadores.
- Lavá las prendas sólo cuando sea necesario, y evitá liberar más microplásticos.
- Optá por lavados inteligentes con ciclos cortos de agua tibia.
- Evitá las lentejuelas: son materiales totalmente plásticos.
- Invertí en medias resistentes: el Nylon es plástico, asegurate de que duren más.
- La industria de la moda es la 2da más contaminante del planeta. Sumate a la revolución de la moda sostenible.