Miembros de la Red Nacional de Humedales se manifestaron en varios puntos de la provincia de Buenos Aires, incluido el acceso a Nordelta, para pedir por una ley que proteja esos ecosistemas y su biodiversidad. La convocatoria fue bajo la consigna #Encarpinchate.
Las asociaciones ambientalistas señalan que fue el desarrollo inmobiliario el que avanzó sobre el hábitat natural de los roedores. Más allá del debate sobre el origen del problema, la situación actual demanda que la Dirección de Flora y Fauna bonaerense junto con la AVN pongan en marcha algunas medidas para intentar lograr una convivencia armónica, algo que ya está sucediendo. Desde la AVN afirman que la población de estos roedores creció un 17% en relación al año pasado y que están trabajando junto con Flora y Fauna provincial, la Municipalidad de Tigre y especialistas del Conicet para buscar una solución que permita preservar el equilibrio ecológico.
La Asociación Vecinal Nordelta (AVN), informó que reforzarán con arbustos y distintos tipos de vegetación algunas zonas de las 300 hectáreas que ese desarrollo inmobiliario tiene cubiertas por lagunas en la zona de Tigre. El objetivo es mejorar el hábitat de estos animales para evitar que se trasladen de un lado a otro en busca de alimento y así reducir las chances de que crucen avenidas o avancen sobre los jardines.
El carpincho es el roedor de mayor tamaño en el mundo. Puede medir hasta 1,30 metros de largo y los adultos llegan a pesar 60 kilos. Son gregarios y viven en grupos de 10 a 20 animales, en los que siempre hay un macho dominante que controla un territorio, que suele ser de entre cinco y 20 hectáreas. Son anfibios y herbívoros. Sin depredadores naturales, la población de carpinchos empezó a crecer de manera exponencial hasta generar algunos roces con los vecinos de Nordelta.
Las asociaciones ambientalistas demandan que la Dirección de Flora y Fauna bonaerense junto con la AVN pongan en marcha algunas medidas para intentar lograr una convivencia armónica, algo que ya está sucediendo, mientras reclamen por la sanción de la Ley de Humedales.
Marcelo Álvarez es uno de los militantes ambientalistas que se movilizaron hoy en distintos puntos de la provincia para pedir por una ley de humedales. Dicho proyecto obtuvo en 2016 sanción en el Senado y luego, desde 2017, quedó estancado en la Cámara de Diputados.
Álvarez pertenece a la Asamblea de Dique Luján y Villa La Ñata. “Militamos para conservar los últimos humedales continentales que quedan. No puede ser que estos ecosistemas, que son enormes reservas acuíferas y de biodiversidad, no tengan una legislación para evitar que sean destruidos por la industria agropecuaria o inmobiliaria”, destacó.
“Yo vivía acá antes de que existieran estos barrios y eran todos humedales que cumplían funciones ecosistémicas fundamentales y evitaban inundaciones. No estamos diciendo que no se puede generar producción en toda la zona de humedales, pero debe haber parámetros para que no todo quede en manos de los privados. Pedimos que se sancione ya la ley de humedales”, reclamó.
“Ya hace varios años que están siendo destruidos los ecosistemas de humedales del río Paraná y de la cuenca del río Luján. Eso también afecta a los acuíferos o napas de agua, como Puelches, del que la ciudadanía de Escobar se abastece a diario, al igual que muchas localidades vecinas. Solo en Escobar han sido destruidas 3000 hectáreas de humedales del río Paraná. La aparición masiva de carpinchos en Nordelta visibilizó otro impacto más de la pérdida y ocupación destructiva de los humedales”, señalaron desde Humedales en Red y la Asociación Ambientalista Los Talares.
Con información de La Nación