Los bosques nativos son una herramienta clave en la mitigación del cambio climático ya que ayudan en el proceso de regulación hídrica del suelo, cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad, contribuyen a la conservación del suelo y de calidad del agua y forman parte del proceso de fijación de carbono. En la Argentina, a pesar de que una ley los protege, a causa de incendios forestales, la expansión de la frontera agrícola, el sobrepastoreo y la sobreexplotación de sus recursos, el país perdió 2,7 millones de hectáreas de bosque nativo en los últimos 10 años.
9 de cada 10 argentinos queremos que se frene la deforestación. El dato es consistente a lo largo y a lo ancho del país, cruza a todos los estratos socioeconómicos y grupos etarios, e, incluso, las preferencias políticas. No hay grieta cuando hablamos de la defensa de nuestros bosques. Así lo revela una encuesta de opinión realizada por Poliarquía Consultores para Periodistas por el Planeta.
El estudio deja en evidencia que los argentinos no queremos que se siga expandiendo la frontera agropecuaria a expensas de territorios boscosos, incluso en aquellas áreas que ya han sido devastadas por incendios o han sido destruidas intencionalmente.

Ante la pregunta concreta de si creen que las zonas desmontadas deberían ser aprovechadas para nuevas actividades económicas, sólo un 9% respondió que sí. En cambio, un 79% afirmó que hay que dejar que se recuperen los ecosistemas arrasados.
La encuesta, cuyo trabajo de campo se llevó a cabo durante noviembre de 2020, tuvo como intención relevar el estado de la opinión pública respecto del medioambiente en general, los bosques, la deforestación y los incendios que han venido arrasando ecosistemas enteros en la mitad de las provincias de nuestro país en los últimos meses.
También se buscó determinar qué piensan los argentinos sobre quién tiene la responsabilidad respecto de su destrucción y si importa que el tema se incorpore en la agenda política.
Ante la pregunta concreta de si creen que las zonas desmontadas deberían ser aprovechadas para nuevas actividades económicas, sólo un 9% respondió que sí. En cambio, un 79% afirmó que hay que dejar que se recuperen los ecosistemas arrasados.
El estudio reveló que hay un consenso prácticamente total sobre los beneficios que brindan los bosques en el país. Un 92% de los consultados considera que los bosques son “muy importantes” o “bastante importantes”. A su vez, un alto porcentaje está al tanto de que se realizan desmontes (86%) y sabe que existe una ley que protege a estos ecosistemas (77%).
“¿Quién cree Ud. que es el responsable de que haya deforestación?”, se preguntó. Las respuestas: los gobiernos provinciales (28%); el gobierno nacional (22%); los tres niveles de gobierno —nacional, provincial y municipal— (31%). Si se toman en conjunto, queda claro que los argentinos entendemos que hay una conexión entre la política (por acción u omisión) y el avance de las topadoras.
“¿Qué tan de acuerdo está Ud. con la tala de árboles o el desmonte para que haya más cultivos de soja, cría de ganado o desarrollos inmobiliarios?”, fue otro de los interrogantes planteados. Y la respuesta fue contundente: un 75% está nada o poco de acuerdo. En línea con ello, un 73% considera que hay que “dejar que se recuperen” las zonas destruidas.

Este último dato revela que la opinión pública ya no coincide con el argumento de que hay que sacrificar a los bosques en nombre del desarrollo económico, como muchas veces señalan políticos, productores e, incluso, medios de comunicación. En cambio, un 81% se mostró a favor de que exista una ley para regenerar las zonas que fueron destruidas, algo que hoy no se está discutiendo en la agenda parlamentaria.
“¿Cree que el Gobierno Nacional debería prohibir por completo la deforestación?”. Sí, dijo un 74% de los encuestados. Nuevamente, la defensa de los bosques en la Argentina no conoce de grietas políticas.
Ante la consulta “¿Cuán importante es para Ud. que se frene la deforestación en la Argentina?”, un 70% contestó “muy importante” y un 19%, “algo importante”. Sólo un 5% manifestó que es poco o nada importante. Esta opinión es constante tanto en Capital Federal y el Gran Buenos Aires como en el interior del país, más allá del nivel de educación, el sexo o la edad del participante en la encuesta.
La ocurrencia de incendios en grandes extensiones del territorio argentino también ha dejado un impacto en la opinión pública nacional.
Un 77% entiende que este tema “debería ser una prioridad del gobierno nacional”. Aquí también, la coincidencia de opiniones es muy elevada en la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y el interior del país. Lo mismo ocurre con los grupos etarios y niveles educativos, más allá de a quién se haya votado en la última elección nacional.
Un dato relevante: un 83% de las personas consultadas dijo creer que los “incendios de los bosques se producen intencionalmente”.
“¿Cuál cree que es la principal razón para provocar incendios forestales?”, se preguntó. Las respuestas: usar la tierra para cultivos de soja (32%); emprender proyectos inmobiliarios (27%); utilizar terrenos para asentamientos (10%); expandir la ganadería (10%).
Pero la pérdida de patrimonio boscoso no es un problema nuevo. Hacia finales de 2007 el Congreso de la Nación sancionó la ley de bosques nativos para proteger estas áreas y evitar su degradación indiscriminada. No obstante, nunca recibió el presupuesto que está estipulado por la misma ley, y este monto disminuye año tras año complicando su correcta implementación.
Los bosques argentinos
Con una extensión de más de 53,6 millones de hectáreas distribuidas de norte a sur en seis áreas boscosas distintas, la cobertura forestal abarca el 19,2% de la superficie de la Argentina. Respecto al resto del mundo, los bosques nativos locales representan el 1,4% del total.