Tras más de 10 años de trabajo y 70 años de extinción en la Provincia de Corrientes, el yaguareté vuelve a caminar libre por los suelos de Iberá. Así lo informaron la Administración de Parques Nacionales, la Provincia de Corrientes y la Fundación Rewilding Argentina.
El proyecto es único e inédito. Por primera vez en el mundo se intenta devolver a este gran felino a un ambiente donde el hombre lo ha exterminado.
Estos dos nacimientos le dan un nuevo envión al proyecto de reintroducción de yaguaretés que busca generar ejemplares que luego puedan ser liberados, ya sean animales de origen silvestre rehabilitados, o cachorros nacidos en el centro a partir de padres provenientes de cautiverio. Con este nacimiento, ya son seis los yaguaretés que vieron la luz en Iberá.
El retorno del yaguareté a Corrientes es una decisión de los estados argentino y de Corrientes y fue ejecutado con la colaboración de la Fundación Rewilding Argentina, que ya ha reintroducido en Iberá (o está en proceso de hacerlo) a otras especies como el venado de las pampas, el oso hormiguero gigante, el guacamayo rojo, la nutria gigante o el pecarí de collar.
Estos dos nacimientos le dan nuevo envión al proyecto de reintroducción de la especie y ya son seis los yaguaretés que vieron la luz en Iberá.
El yaguareté es el mayor carnívoro sudamericano y ha sufrido una retracción alarmante en los últimos dos siglos. En Argentina ha perdido más del 95% de su área de distribución y hoy solo sobreviven entre 200 y 300 ejemplares. Es una especie catalogada como En Peligro Crítico de Extinción. Sebastián Di Martino, Director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina señala que “los depredadores tope son especies clave en los ecosistemas. Cuando desaparecen, los ambientes naturales se degradan e incluso colapsan. Y ahí es cuando empiezan a acentuarse las crisis ambientales como el cambio climático, la contaminación del agua y el aire, la pérdida de los suelos o la aparición de pandemias. Devolver al yaguareté allí donde se ha extinguido tiene que ver con nuestra propia supervivencia”.
La caza furtiva, la destrucción y degradación de su hábitat, producto de la extensión de la frontera agropecuaria y la deforestación y la escasez de presas naturales, que afecta sus posibilidades de alimentarse, atentan contra su conservación. Dado que el yaguareté está en la Argentina en peligro crítico de extinción, fue declarado Monumento Natural Nacional en 2001, la máxima categoría de protección para una especie.
De acuerdo a lo que señalan los referentes del proyecto, los cachorros de yaguareté, que en general nacen de a dos, como todos los felinos, nacen con los ojos cerrados y casi sin capacidad de desplazamiento. Las primeras semanas son muy dependientes de su madre, que pasa casi todo el tiempo con ellos. Poco después del mes de vida comenzarán a recorrer distancias muy cortas alrededor del sitio donde nacieron y recién a los dos meses comenzarán a realizar algunas recorridas junto a su madre.
El sueño de la creación de un gran parque nacional y provincial comenzó hace más de 20 años y la vuelta del yaguareté lleva 10 años de intenso trabajo que comienza a dar sus frutos.