Singapur resultó el primer país del mundo en aprobar la venta de bocados de pollo -nuggets- elaborados a través del cultivo de células en un laboratorio, un hito para la industria cárnica y un paso más a favor de la protección medioambiental. La producción y venta la realizará la compañía estadounidense Eat Just, que cumplió con los requisitos sanitarios impuestos por la Agencia de Alimentación de la isla.
Su elaboración no requiere del sacrificio de animales, ya que las células de origen pueden ser extraídas a través de biopsias realizadas a pollos vivos, a las que se suministra nutrientes provenientes de plantas para su transformación. Una compleja fabricación que no había obtenido hasta ahora luz verde por parte de ningún país del mundo.
El respaldo de las autoridades singapurenses, con reputación de disponer de altos estándares de calidad, puede servir de referente para otros países. “Creo que la aprobación es uno de los logros más significativos de la industria alimenticia de las pasadas décadas. Mi esperanza es que esto lleve a un mundo en el que, en los próximos años, la mayoría de la carne consumida no necesite del sacrificio de un solo animal o de la tala de un solo árbol”, aseguró Josh Tetrick, consejero delegado de Eat Just.
Su elaboración no requiere del sacrificio de animales, ya que las células de origen pueden ser extraídas a través de biopsias realizadas a pollos vivos, a las que se suministra nutrientes provenientes de plantas para su transformación.
La compañía tiene experiencia en la venta de productos de alimentación no derivados de animales, como la mayonesa vegana. La disponibilidad de los nuggets de pollo será de momento limitada y debido a los altos costos de producción, el precio de partida será elevado, el correspondiente a un producto gourmet, si bien se espera que se vaya reduciendo a medida que aumente la oferta.
La Agencia de Alimentación de Singapur, afirmó que la institución ha evaluado tanto el proceso de elaboración como la posible toxicidad de los ingredientes antes de concluir que el producto final cumple los estándares de seguridad. Según sus productores, este tipo de carne de laboratorio evita la contaminación bacteriana proveniente de los desechos de origen animal y el exceso de antibióticos y hormonas inyectados en animales.
La demanda de alternativas a la carne regular por motivos de salud o de protección animal y medioambiental también va en aumento. Distintos estudios científicos han señalado que las naciones ricas consumen más carne de la que es saludable para su población y para el planeta, mientras algunas investigaciones subrayan que su reducción es clave para combatir el cambio climático.
Es por eso que, poco a poco, más compañías apuestan por este tipo de métodos para la producción de alimentos investigando en la elaboración de pescado, carne y pollo en laboratorios, un sector que Barclays estima podría crecer rápidamente y estar valorado en unos 140.000 millones de dólares para 2029.