¿Cómo te vinculás con la naturaleza?
Cuando hablamos de vincularnos con la naturaleza pareciera que es algo externo, pero… ¡nosotros somos la naturaleza! Al menos hasta que se demuestre que somos extraterrestres, estamos viviendo acá y tenemos mucho que ver con la naturaleza. El planeta todo el tiempo evoluciona y se modifica naturalmente. La humanidad no para de destruir su casa, realiza acciones acelerando y modificando los procesos en función de su bienestar, pero este supuesto bienestar a la larga nos va a arruinar, porque si la naturaleza se destruye nos destruimos a nosotros mismos.
El planeta puede dañarse pero va a renacer. Los desastres ecológicos nos afectan directamente porque somos parte del ecosistema como los árboles, los animales y todos los seres vivos. Nuestra especie puede desaparecer, como están desapareciendo muchas de las especies vivas del planeta, pero la naturaleza va a resurgir. Cuando tenía 15 años iba a la Reserva Ecológica, en la Costanera sur, a participar de jornadas de limpieza lideradas por la Fundación Vida Silvestre. Allí nos contaron que la reserva se hizo para construir una ciudad satélite, sobre un relleno con escombros, producto de las demoliciones que se realizaron para la construcción de la autopista 25 de mayo. Ese proyecto se abandonó y allí la naturaleza se abrió camino. Ahora tenemos una reserva ecológica donde pusimos escombros.
Con tu compañero contruyeron la primera casa autosustentable de Latinoamérica. ¿Qué nos podés contar sobre eso?
Es un prototipo que construimos en Usuahia, a partir de conocer el trabajo de Michael Reynolds, un arquitecto conocido como “El guerrero de la basura”, experto en este tipo de iniciativas a escala planetaria.
Elegimos ese lugar porque Mariano, mi pareja, es de allí. En 26 días, con 70 personas de todo el mundo, se construyó Nave Tierra* y ese fue nuestro grano de arena. La casa pertenece a la municipalidad y, a mi entender, no está valorada como debería estarlo, pero siento que nosotros hicimos nuestra parte.
¿Qué acciones realizás en tu vida cotidiana que tengan que ver con el cuidado del ambiente?
En mi vida hago todo lo necesario para dejar la menor huella de carbono posible. ¿Acciones? Reutilizar bolsas de plástico hasta último momento, rechazar continuamente las bolsas que me ofrecen en los negocios donde compro. Todo el tiempo estoy luchando para que eso no ingrese a mi hogar, pero también para, de alguna manera, empezar a sumar la energía. Aunque sea un pequeño granito de arena el que pongo, estoy segura que se suma a lo que hacen otras personas y , entre todos, vamos a modificar el futuro. Esto de reutilizar las bolsas, de separar y tirar los desechos donde corresponde, aunque pueda ser que luego los junten y los tiren en un mismo lugar, no cambia mi actitud, lo que más me importa es que, desde mi lugar, hago la acción que tengo que hacer y esa energía va a expandirse. Respeto al vecino, respeto al de al lado, respeto a la planta, respeto al animal, no hago lo que daña.
Todo el tiempo pienso en no consumir más agua de la necesaria, en qué productos uso para la limpieza de mi hogar para no contaminarla. Construí una casa con mi pareja lo más sustentable posible, que reutiliza el agua, la colecta y la desecha con un proceso para que las aguas negras no estén tan contaminadas al salir de mi hogar.
También hay cosas que creo que uno puede hacer desde su lugar, como dejar de comprar determinados productos para no apoyar marcas que nos parece que no están haciendo las cosas como corresponde respecto al planeta o al fairtrade, un trato justo para todos, para los seres humanos y para el ambiente.
Todos podemos hacer algo. ¿Qué recomendás para que otros comiencen?
Creo que lo mejor es comenzar y no pensar que lo que uno hace cae en saco roto. Todo lo que uno puede hacer y colaborar ayuda energéticamente a que esa conciencia se expanda. Y cuando uno comienza a pensar en eso no termina más, porque todo el tiempo estás pensando en qué estoy consumiendo, en la cantidad de plástico que tiene el producto, si el envase se puede reutilizar o reciclar, etc.
Todo es empezar y cuando uno empieza a tener esa conciencia es algo ilimitado, pensás todo el tiempo en eso y en cada cosita que hacés: ¿esto que estoy haciendo contamina? Sí, contamina. Bueno, ¿lo puedo evitar? Sí.
Siempre hay algo para hacer, es solo buscarle la vuelta para colaborar, para crear una conciencia nueva y un nuevo paradigma.
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*Nave Tierra es una vivienda ecológica que está emplazada en un predio municipal, cerca del centro de Ushuaia, tiene capacidad para calefaccionarse, refrigerarse, utilizar agua de lluvia, energía eólica y solar y hasta reutilizar sus propios residuos, sin necesidad de estar conectada a los servicios públicos convencionales.
Se construyó con material reciclable, como 333 neumáticos, 3000 latas de aluminio, 5000 botellas de plástico y 3000 de vidrio, además de madera de la zona,
La casa plana en el frente y semiesférica hacia la parte posterior, posee una gran superficie vidriada orientada hacia el norte, para captar por más tiempo los rayos solares que a su vez se convierten en energía eléctrica mediante seis paneles instalados en la parte superior del edificio. Dos pequeños molinos eólicos aprovechan la fuerza del viento para generar electricidad extra, y todo el dispositivo sirve para cargar una serie de baterías interiores.