«No hay ningún rincón en la superficie de la tierra que no tenga microplásticos», dijo Janice Brahney, una científica de la Universidad Estatal de Utah que es la autora principal del nuevo estudio.
Si bien es bien conocida la problemática presencia de plásticos en los basurales, en los océanos y en los entornos de agua dulce como los Grandes Lagos, la investigación sobre las partículas en el aire es más reciente. En trabajos anteriores se ha descripto el hallazgo de microplásticos transportados por el aire en Europa, China y el Ártico, entre otros lugares.
Más de 1000 toneladas de diminutos fragmentos llueven cada año en los parques nacionales y áreas silvestres en el oeste de EE.UU., lo que equivale a una cantidad entre 123 y 300 millones de botellas de plástico.
El nuevo artículo, publicado en la revista Science, informa del hallazgo de plástico en partes remotas de los Estados Unidos; los investigadores recogieron muestras de 11 parques nacionales y áreas silvestres.
Encontraron diminutos trozos de plástico en el 98% de las 339 muestras que recogieron; los plásticos representaron el 4% de las partículas de polvo que se analizaron.
Las colecciones se hicieron tanto en condiciones secas como en períodos de lluvia y nieve, lo que ayudó a determinar los probables orígenes de las partículas. Las partículas más grandes cayeron con la lluvia y la nieve.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que las partículas depositadas en clima húmedo probablemente se originaron en lugares relativamente cercanos, con los trozos de plástico arrastrados al aire por las tormentas de los centros urbanos, y luego volvieron a caer con la lluvia y la nieve.
Las partículas más pequeñas y ligeras, sugirieron, habían sido, en contraste, transportadas a distancias extremadamente largas en corrientes altas en la atmósfera y se habían convertido en parte de los ciclos de transporte global de polvo. Los depósitos secos constituían más del 75% del plástico que fue probado.
Las microfibras que los investigadores recogieron eran consistentes con los tipos de textiles utilizados en la fabricación de ropa y en la producción de alfombras y revestimientos industriales, así como en equipos de exterior como tiendas de campaña y ropa impermeable.
Trabajos científicos han encontrado microplásticos transportados por el aire en EE.UU., Europa, China y el Ártico, entre otros lugares.
Esto significa que «las emisiones de los usuarios de los parques pueden contribuir a las tasas de deposición observadas, en particular en los parques nacionales con altas tasas de visita», aunque los investigadores llegaron a la conclusión de que esas fuentes no producían una gran parte de las muestras generales.
Los investigadores observaron que el fenómeno podría contribuir a la alteración del medio ambiente de las comunidades microbianas y causar un daño ecológico más amplio. Los humanos también podrían estar en riesgo, dijo: La presencia de tantas partículas finas en el aire significa que «nosotros también lo estamos respirando».
Los efectos sobre la salud de la ingesta de partículas de plástico no se conocen bien, aunque los tamaños de las partículas detectadas son coherentes con el tamaño de las que se acumulan en el tejido pulmonar, dijo.