El desastre natural en Rio Grande do Sul es catastrófico, considerado el peor de la historia de la región. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó de que “la tragedia climática” en la región sur del país fruto de unas históricas inundaciones “aún no ha acabado”, tras registrar al menos 90 muertos, 134 desaparecidos y cuantiosos daños materiales.
“Es una tragedia climática cuya dimensión nadie imaginaba y no acabó. El agua está bajando a otros lugares y va a llegar a otros municipios, y eso es muy grave”, advirtió el mandatario en una entrevista en la red pública EBC.
Porto Alegre, sin agua potable
Un alcalde en el sur de Brasil pidió el martes a los residentes racionar el agua en una capital estatal donde un 80% de la población no tiene agua corriente, una semana después de inundaciones masivas que dejaron al menos 90 muertos y más de 130 desaparecidos.
Continuaban los esfuerzos para rescatar a las personas varadas por las inundaciones en el estado sureño de Rio Grande do Sul, mientras se pronosticaban más lluvias en la región hasta la próxima semana. La capital, Porto Alegre, ha quedado prácticamente aislada, con el aeropuerto y la estación de autobuses cerrados y las carreteras principales bloqueadas debido a las inundaciones.
El gobernador Eduardo Leite calificó a la región afectada por la inundación como un «escenario de guerra», especialmente en las zonas en las que el agua comienza a retirarse y se puede observar un panorama devastador.
Cinco de las seis instalaciones de tratamiento de agua de la ciudad no están funcionando y el alcalde de Porto Alegre, Sebastião Melo, ordenó que el agua se utilice exclusivamente para “consumo esencial”. Los negocios también han tenido escasez de agua.
“Estamos viviendo un desastre natural sin precedentes y todos debemos ayudar”, dijo Melo a los periodistas. “La escasez es real y pasará algún tiempo hasta que vuelva a la normalidad”.
“Estoy llevando camiones cisterna a los campos de fútbol y la gente tendrá que ir allí a buscar agua embotellada. No puedo llevárselas casa por casa”, añadió el alcalde.
La necesidad más urgente es agua potable, pero también escasean alimentos y productos de higiene personal. Otros estados están movilizando camiones con donaciones con destino a Rio Grande do Sul.
Rio Grande do Sul, bajo el agua: la tragedia climática suma más muertos
Según el último balance de la Defensa Civil, las lluvias torrenciales de la última semana en el estado de Rio Grande do Sul han causado por lo menos 90 fallecidos, 134 desaparecidos y cerca de 1,4 millones de afectados.
La histórica crecida de varios de los principales ríos de Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, provocó estragos en 388 municipios, incluida Porto Alegre, la capital regional, y obligado a casi 200.000 personas a abandonar sus hogares por las inundaciones.
Las autoridades brasileñas están centradas en rescatar a los sobrevivientes que aún están aislados, mientras trabajan para garantizar energía y agua a la población.
Las lluvias torrenciales de la última semana en el estado de Rio Grande do Sul han causado por lo menos 90 fallecidos, 134 desaparecidos y cerca de 1,4 millones de afectados.
Por otro lado, los tres poderes de la nación se han movilizado para liberar recursos para ayuda humanitaria, construir albergues y dar asistencia a las miles de víctimas.
En la entrevista, Lula, que calificó la situación de Rio Grande do Sul de “muy delicada”, expresó de nuevo su solidaridad al pueblo gaucho, que “no se esperaba tanto sufrimiento en tan poco tiempo”.
“Estamos 100 % comprometidos con la ayuda a Rio Grande do Sul. Brasil debe mucho a Rio Grande do Sul”, una región con un potente sector agropecuario, y “no faltarán recursos para atender sus necesidades”, prometió el líder progresista.
Asimismo, hizo un llamado para que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial trabajen “de forma conjunta” a fin de “evitar burocracias que dificulten” las transferencias de recursos públicos con los que adquirir “medicamentos, agua y combustible”, entre otros insumos .
“Es muy triste (…) pero quiero garantizarles que el Gobierno federal hará todo lo posible para recuperar a Rio Grande do Sul porque Brasil necesita a Rio Grande do Sul. No faltará empeño por nuestra parte”, insistió.
Lula también se quejó de las “muchas noticias falsas” que han proliferado en los últimos días sobre la actuación de su Gobierno en este desastre climático.
“Hay una industria de ‘fake news’ (noticias falsas) mentirosa, pero prefiero fijarme en la cantidad de personas preocupadas” con esta tragedia y con los “voluntarios” que trabajan sobre el terreno, indicó.
Alerta en Uruguay por las inundaciones en Brasil
Este martes, el ministro uruguayo de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, dijo que las inundaciones del sur de Brasil suponen un “verdadero drama” de daños “inconmensurables” y despiertan “alerta” en su país.
En esa línea, Mattos sostuvo: “Nos genera la alerta ver que a pocos kilómetros de distancia tenemos ese tremendo drama que está viviendo Rio Grande do Sul, las peores inundaciones de la historia. Nos vamos a ir a 200 muertos como mínimo y daños económicos que son inconmensurables en materia de infraestructura y de pérdidas”.
El funcionario destacó la importancia de que Uruguay se prepare para estas situaciones. “Debemos generar mecanismos mucho más potentes de resiliencia y adaptación a una realidad del cambio climático que impacta en forma creciente”, apuntó.
Despúes de las inundaciones, el peligro de las bajas temperaturas
Esta semana, las lluvias darán una tregua según el servicio meteorológico. Pero eso no implica que los problemas hayan terminado. Río Grande do Sul tendrá, luego de la tormenta y las inundaciones, el ingreso de un frente frío, propio del otoño, pero con temperaturas muy bajas. Esto supone un desafío adicional para las personas afectadas y para los grupos de rescate.
Un abrupto descenso de la temperatura agrava el drama de las inundaciones en el sur de Brasil. El pronóstico amenaza con un aumento de casos de hipotermia entre las personas aisladas por lluvia.
Hay gente que permanece rodeada por el agua, en el interior y en las ciudades, sin ropa para poder cambiarse como corresponde y con el riesgo de sufrir casos de hipotermia si no son rescatados o auxiliados a tiempo.
Porque aunque deje de llover, el agua sigue corriendo por los valles del estado. En la capital se espera que el agua supere los 5 metros, algo que no podrán contener adecuadamente con los sistemas preventivos con los que cuenta.