Joan Manuel Serrat recibió un Doctor Honoris Causa en la Universidad de Costa Rica y pronunció un discurso cargado de amor y de conciencia socio- ambiental, pero sobre todo de agradecimiento.
Sus palabras, de una gran emotividad y que invitan a reflexionar, resuenan especialmente en estos días cuando la crisis climática se acerca a un punto de no retorno. Reproducimos parte de su discurso
«En los últimos años, ha sido extraordinario el crecimiento tecnológico y científico que hemos experimentado. Pero también ha sido muy grande la pérdida de los valores morales de nuestra sociedad. Se han producido daños terribles a la naturaleza, muchos de ellos irreparables. Y es vergonzosa la corrupción que desde el poder se ha filtrado a toda la sociedad. Más que una crisis económica, diría que estamos atravesando una crisis de modelo de vida. Y, sin embargo, sorprende el conformismo con el que parte de la sociedad lo contempla, como si se tratara de una pesadilla de la que tarde o temprano despertaremos. Espectadores y víctimas parecemos esperar que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí.
«Se han producido daños terribles a la naturaleza, muchos de ellos irreparables».
Es necesario que recuperemos los valores democráticos y morales que han sido sustituidos por la vileza y la avidez del mercado, donde todo tiene un precio, donde todo se compra y donde todo se vende. Es un derecho y una obligación restaurar la memoria y reclamar un futuro para una juventud que necesita reconocerse y ser reconocida.
Tal vez no sepamos cuál es el camino. Tal vez no sepamos por dónde se llega antes. Pero sí sabemos qué caminos son los que no debemos volver a tomar.
Espero que ustedes, gente buena, instruida y tolerante, sabrán juzgar mis palabras con su intención, más que por la manera en que he sido capaz de expresarme. Mientras tanto, que los músicos no paren de hacer sonar sus instrumentos y que los poetas no dejen de alzar la voz. Que los gritos de la angustia no nos vuelvan sordos y que lo cotidiano no se convierta en normalidad capaz de volver de piedra a nuestros corazones».