Más de 200 especies de plantas en el Desierto de Atacama germinan y florecen en este espectáculo, que solo es posible apreciar en los años en los que hay abundantes precipitaciones. Se requieren lluvias de al menos 15mm para que los brotes prosperen.
El fenómeno de El Niño, ha permitido que las semillas latentes, que permanecen inactivas durante años, florezcan de manera inusual.
El desierto con flores atrae a oleadas de visitantes, que a su vez representan un gran peligro para la conservación del área. Con este problema en mente, este año Gabriel Boric, presidente de Chile, anunció la intención de su Gobierno de crear un parque nacional que ayude a preservar la zona en los sectores de Llanos y Chañarcillo, ubicada a 30 kilómetros al sur de Copiapó y 80 kilómetros al norte de Vallenar.
Un espectáculo natural
Durante la primavera austral de este año, el desierto de Atacama se transformó en un paisaje vibrante de colores, con flores blancas, púrpuras y amarillas que emergieron de la tierra. Entre las especies nativas de plantas que alberga este desierto están algunas que germinan a partir de semillas latentes, las cuales esperan las lluvias para crecer. Es común hallar patas de guanaco y suspiros, así como lirios del campo y amanca.
Este fenómeno, que históricamente ocurría cada 5 a 10 años, ha comenzado a manifestarse con mayor frecuencia debido a cambios en las precipitaciones y temperaturas en la región. Expertos en ecología han señalado que este desierto, que solía estar completamente seco durante largos períodos, ha experimentado un cambio notable en su ecosistema, lo que plantea importantes preguntas sobre el impacto del cambio climático en la flora y fauna locales.
Cambio climático y sus efectos
El cambio climático ha alterado los patrones de lluvia en el desierto, permitiendo que se produzcan floraciones en áreas que antes estaban desprovistas de agua. Investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad han observado que la floración actual se ha adelantado, lo que podría ser un indicativo de un nuevo patrón climático. Francisco Squeo, un destacado investigador, mencionó que aunque la floración está comenzando de manera localizada, se espera que su máxima expresión se produzca en las próximas semanas. Este fenómeno no solo es visualmente impactante, sino que también tiene implicaciones ecológicas significativas. La floración atrae a insectos polinizadores y otros animales, como aves y mamíferos, que dependen de estas plantas para su supervivencia. Sin embargo, muchas de las especies que florecen en este desierto son endémicas y están amenazadas, lo que subraya la fragilidad del ecosistema.
Investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad han observado que la floración actual se ha adelantado, lo que podría ser un indicativo de un nuevo patrón climático.
Llamado a la acción
Ante la creciente preocupación por el impacto del cambio climático en el desierto de Atacama, organizaciones ambientalistas como PETA han comenzado a abogar por la protección de estas áreas. Argumentan que el fenómeno del desierto florido es un «milagro» que debe ser preservado, y han solicitado medidas para proteger tanto el hábitat como las especies que dependen de él. La creación de un nuevo parque nacional en el desierto, anunciada por el Gobierno de Chile en 2022, es un paso en la dirección correcta, pero se necesita un compromiso continuo para garantizar la conservación de este ecosistema único.