La forma de consumo al que nos ha dirigido la industria textil es un sistema basado en el estreno por temporadas, de ropa barata y con un marketing agresivo que nos invita a comprar y a renovar nuestros armarios de forma constante. Un sistema que tiene enormes impactos medioambientales, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Cada año, 92 millones de toneladas de residuos textiles terminan en vertederos.
Comprar más, usar menos. Es la fórmula de consumo acelerado que tiene a la moda entre una de las industrias más contaminantes del planeta.
Entre el año 2000 y el 2015, la producción textil se duplicó a nivel mundial, superando los 100.000 millones de prendas anuales, según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur. Se compra un 60 % más de ropa que hace 15 años y el número de veces que se utiliza cada prenda se reduce: un 30 % de lo que hay en los armarios europeos no se ha vestido en al menos un año.
El impacto del sector textil en el planeta tierra asume proporciones dramáticas.
En total, a nivel mundial, se cuantifican unos 92 millones de toneladas de residuos textiles anuales, el equivalente a un camión enterrado o incinerado cada minuto. Tan solo en España se generan más de 900 000 toneladas de residuos textiles cada año, de las que solo se logra reciclar algo más de la décima parte. Esta cifra incluye tres tipos de residuos: los llamados excedentes de producción, aquellas prendas que los fabricantes no consiguen vender; los residuos preconsumo, que se desechan durante el proceso de fabricación; y la ropa que los consumidores tiran a la basura una vez utilizada.
Según el World Resources Institute -WRI-, producir una camisa de algodón consume 2700 litros de agua y la industria textil genera el 20% de la contaminación industrial del agua. Así mismo, se estima que en la producción de una camisa se emiten entre 2,1 y 5,5 Kg de CO2, siendo las prendas fabricadas en poliéster las que mayores emisiones generan -cerca de 706 billones de Kg de CO2 en 2015-.
En el informe Pulse of the Fashion Industry de Global Fashion Agenda y Boston Consulting Group se estima que, de acuerdo a las tendencias de consumo actuales y las perspectivas de crecimiento, el consumo de agua, las emisiones de CO2 y la generación de residuos aumentarán entre 50 y 63% a 2030.
También surgen preocupaciones de índole social y laboral, como los abusos a la mano de obra. El documental ‘The True Cost’, que explora los perjuicios del fast fashion, revela que en el mundo hay unos 40 millones de obreros textiles, de los cuales el 85% son mujeres, muchas de ellas menores de edad, ganando dos dólares al día y bajo condiciones de trabajo inhumanas.