¿Qué son las redes fantasma? Son redes y cualquier tipo de arte o equipo de pesca que fueron desechados o perdidos por pescadores, y que se han convertido en el silencioso asesino de los océanos.
Las redes fantasma, invisibles a la luz del día, son la forma más letal de plástico marino. Capturan a la vida silvestre de manera no selectiva, enredando a mamíferos marinos, aves, tortugas marinas y tiburones entre tantas otras especies, limitando su movimiento al quedar atrapados, causando hambre, laceraciones e infecciones, y -en animales que necesitan volver a la superficie para respirar- sofocación. Las refes fantasma someten a los animales y les garantizan una muerte lenta y dolorosa por agotamiento y asfixia.
Las artes de pesca fantasma también dañan hábitats marinos clave como los arrecifes de coral. Además, son responsables de la pérdida de poblaciones de peces con valor comercial, lo que socava tanto la sostenibilidad general de la pesca como a las personas que dependen del pescado para su alimentación y sustento.
Las redes también crean otro gran problema al quedar abandonadas. Al ser de material plástico que dura siglos, se van fragmentando hasta acabar reducidas a microplasticos que entran en el sistema alimentario marino.
¿Sabés cuánta basura hay en el océano?
La cantidad es impresionante. Cada año, más de 12 millones de toneladas de plástico terminan en nuestros mares. La contaminación por plásticos afecta a todos los rincones del océano y, a pesar de la creciente preocupación, el problema solo continúa empeorando.
Las artes de pesca representan aproximadamente el 10% de esos desechos: entre 500,000 y 1 millón de toneladas de artes de pesca se abandonan o se pierden en el océano cada año. Las redes, palangres y cuerdas desechadas ahora constituyen aproximadamente el 46% de la Gran Mancha de Basura del Pacífico.
El 10% de la basura marina que se encuentra en los océanos corresponde a redes fantasma, que, además de empeorar el problema de la proliferación de plásticos en el océano, son mortales para innumerables especies marinas y sus ecosistemas.
Desde inicios del siglo XXI diversas organizaciones trabajan para sensibilizar sobre el problema a gobiernos y pescadores locales para que colaboren en la identificación y retiro de redes abandonadas.
Todos debemos defender nuestros océanos y la vida marina y exigir a los gobiernos que tomen medidas efectivas en torno a las redes fantasma y apoyen el establecimiento de un tratado mundialmente vinculante sobre la contaminación por plásticos de los océanos.
Juntos podemos evitar que los desechos plásticos asfixien nuestros océanos y a sus habitantes.