Como consecuencia de un nuevo récord de temperatura y en medio de la ola de calor sin precedentes en el hemisferio norte, la Antártida estaría dando claras señales de que el cambio climático está impactando fuertemente en su superficie.
El continente austral no logró reconstruir durante el invierno la masa de hielo que pierde todos los veranos, y ahora se mantiene en los niveles más bajos para esta época del año, desde que se tiene registro. Los científicos descubrieron un faltante de superficie equivalente al tamaño de la Argentina, rompiendo otro récord climático aterrador.
El continente austral no logró reconstruir durante el invierno la masa de hielo que pierde todos los veranos, y ahora se mantiene en los niveles más bajos para esta época del año, desde que se tiene registro.
Según explicaron los especialistas, se trata de 2,6 millones de kilómetros cuadrados de hielo en el mar y que, según señalan, lamentablemente, ya nunca podrán recuperarse en el continente antártico.
Según explicó a Télam, Juan Manuel Lino, Geólogo del Instituto Antártico Argentino, en esta época del año “lo que tenemos es una menor superficie de mar congelado de lo esperado. No es que desapareció en la Antártida algo del tamaño de la Argentina, sino que no se formó el promedio habitual de hielo marino, y estamos por debajo del promedio” y agregó: “Las dimensiones que no se formaron sí son del tamaño aproximado de Argentina”.
El climatólogo, doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos por la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del CONICET, Leandro Díaz, manifestó que “para esta época del año se esperan 17 millones de kilómetros cuadrados de mar cubierto con hielo alrededor de la Antártida que en promedio es lo que habitualmente pasa desde 1979″ y, de esos 17, “estamos teniendo más o menos 14,5 (millones de kilómetros cuadrados). Esa diferencia de 2,5 millones de kilómetros cuadrados es como más o menos la superficie de Argentina”.
Ahora, los investigadores tratan de explicar el porqué del fenómeno, que cuenta con alarmas adicionales recientes. En febrero de 2022, un informe de Greenpeace concluyó que el hielo del Continente Blanco cayó de 2,1 millones en 2017 a 1,98 millones de kilómetros cuadrados al 20 de febrero de 2022. Un año más tarde, las costas se hundieron aún más: 1,79 millones de kilómetros cuadrados.
“Este fenómeno es excepcional, está fuera de los gráficos. Es tan raro que lo más probable es que solo ocurra una vez en millones de años”, comentó Ted Scambos, glaciólogo de la Universidad de Colorado Boulder, en una entrevista con CNN. ”El océano se ha calentado de manera acelerada, pero estamos subestimando esta velocidad. Todavía no sabemos cuál es la influencia del calentamiento global, pero, ciertamente, amplifica el impacto de algunos fenómenos como éste”, concluyó el especialista.
”El océano se ha calentado de manera acelerada, pero estamos subestimando esta velocidad», Ted Scambos.
«Digo que no al alarmismo, pero hay que vigilar la situación», explicó la glacióloga del Instituto de Oceanografía y Geofísica Experimental (Ogs) de Trieste, Florence Colleoni, citada por la Agencia ANSA. “El hielo marino estaba ‘bajo’ en 2022, en 2023 está ‘muy bajo’, muy por debajo de 2010 o antes, pero eso no permite decir si la situación será igual o peor en 2024″, comentó ante la noticia.
«Digo que no al alarmismo, pero hay que vigilar la situación», Florence Colleoni.
Colleoni completó dos misiones de investigación a la Antártida a bordo del buque de investigación ‘Laura Bassi’. A diferencia del Ártico, para el que existe un caso de estudio que muestra una clara tendencia acerca de la pérdida de hielo, para la Antártida es “difícil decir que se está produciendo el mismo fenómeno”. “Pero podemos afirmar que observamos algo extraordinario”, explicó Colleoni.
La oceonógrafa distingue el efecto del calentamiento en el hielo terrestre, para el cual existen datos desde hace una década, del que tiene en el hielo marino, que “todavía necesita ser estudiado”.
“El calentamiento global es un problema socioeconómico, no podemos cambiar radicalmente nuestro estilo de vida -responde la científica- pero debemos invertir en la búsqueda de energías alternativas y optimizar el uso de la energía, que será la clave en el futuro”.
Scambos, en cambio, se explayó sobre los factores naturales: vientos más fuertes desde el oeste y temperaturas más altas de la porción oceánica que rodea a las aguas antárticas. «Probablemente no veamos que el sistema antártico se recupere por un próximo período bastante largo, e incluso es probable que ya no lo haga nunca», aseguró.
Temporal o definitiva, la reducción de hielos marinos generaría un efecto multiplicador en las consecuencias del cambio climático: con menos hielo, la luz solar será absorbida por el océano en vez de ser rechazada por las piezas de agua sólida. Se estima que la capa glacial refleja hasta el 90% de la radiación solar que le llega.
De acuerdo a la Coalición Antártica y del Océano Austral, otras dos funciones de los hielos son el almacenaje de agua dulce en estado sólido -con la consiguiente regulación de los niveles del mar- y cumplir el rol de un «termostato global».
Con información de ANSA, CNN y Télam