Una ley provincial totalmente anacrónica, premia con 1.000 pesos a quien entregue una piel de zorro muerto, y con 5.000 a quien lo haga con la piel y el cráneo de un puma.
Esto genera una fuerte controversia entre productores chubutenses y ambientalistas. La medida, el gobierno la justifica en la necesidad de controlar a los predadores que suelen matar ovejas en los campos.
Además de los “precios-estímulo”, el estado realiza capacidaciones, ¡sí! Organiza reuniones en los campos para enseñar a armar y colocar jaulas y trampas, y las diferentes técnicas de rastreo y caza de acuerdo al terreno.
Desde hace 15 años, una racha de sequías, caída de ceniza, desertificación y caída de los precios internacionales fue vaciando las estancias.
En poco tiempo, el puma se expandió por toda la provincia y fue avanzando sobre las áreas productivas. Sus presas favoritas son guanacos y ovejas. Oportunistas, los zorros esperan la época de parición para llevarse a los corderos.
En 2018 la provincia informó que habían muerto 100 mil corderos y chivitos, con pérdidas por $100 millones. Aquel año se reportó la caza de 5.000 zorros colorados y 250 pumas.
La Fundación Vida Silvestre, sin embargo, recuerda que los “predadores tope” son un eslabón fundamental en los ecosistemas. La mayoría protegen su territorio de otros competidores, además de prevenir explosiones demográficas de guanacos y liebres. “Cada vez que se anuncia una compra de pieles, la gente empieza a matar en cualquier lugar y sin embargo siguen habiendo ataques”, recuerda Manuel Jaramillo, director ejecutivo de la ONG. “No más del 20% de los pumas matan ovejas. Si se elimina a alguno del 80% restante, puede venir otro que sí tenga esa costumbre”.
Después de que Vida Silvestre lanzara una petición online para derogar la ley, el gobierno la invitó a una reunión donde se mostró abierto a una solución de consenso. La organización celebró la apertura, pero según asegura que lamentablemente, nada cambió tras el encuentro.
«Hace falta elaborar planes de manejo de estas especies que estén basados en información técnica sólida para evaluar su situación poblacional, identificar claramente los problemas o conflictos con las actividades productivas, y analizar diferentes alternativas para solucionarlos. Como se refleja en nuestra trayectoria y en nuestra visión institucional, creemos firmemente en que la producción y el desarrollo económico son compatibles con la conservación y el uso sustentable de los recursos naturales” detalló Jaramillo.
¿Por qué es urgente derogar la Ley XVII-Nº 52 (Ex 4100) de la provincia de Chubut?
>Es anacrónica y no incorpora las nuevas formas de producir en armonía con la conservación de la naturaleza.
>En la década de la Restauración de los Ecosistemas, paga por matar fauna nativa y encima utiliza fondos públicos para ello.
>Crea una Comisión de Control de las Especies Depredadoras de la Ganadería, donde la sociedad civil está solo representada por la Federación de Sociedades Rurales de la Provincia de Chubut: no hay comunidad académica, científica, ni representantes de organizaciones ambientales y sociales.
>No presenta adecuados antecedentes de fundamentación científica que avale la autorización de matar animales silvestres.
>Promueve la matanza, aun con cebos tóxicos, sin un análisis especifico de los individuos de especies predadoras potencialmente conflictivos.
>Por promover una aparente solución para un solo sector, se acumulan efectos negativos para el resto de la sociedad.
El incentivo económico para la matanza de animales silvestres nativos demuestra grandes retrocesos en nuestra sociedad y acentúa la preocupación sobre prácticas productivas negativas para el ambiente.
Fotos Darío Podestá