Licenciada en Biología y doctora en Ciencias Naturales, Soledad Santini es investigadora del CONICET y directora del Instituto Nacional de Parasitología “Dr. Mario Fatala Chaben”. Integra la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de la Salud (RAIIS) y es miembro de la Red de Mujeres en Diálogo Ambiental, un colectivo de profesionales, académicas y activistas que comunican las cuestiones climáticas y ambientales y promueven políticas y soluciones, desde una visión científica con enfoque de género.
Santini también es referente de la “eco-epidemiología crítica”, una epidemiología que, además de basarse en tasas, frecuencias e índices de aparición de las enfermedades, toma en cuenta los factores ambientales, políticos, económicos y culturales. “Para entender cómo se producen y se propagan las infecciones, es importante abordarlas desde los multiniveles y multidisciplinas, tomando el concepto de las cajas chinas, donde todas las partes son igual de importantes, desde el átomo hasta el comportamiento social”, explica.
“No podemos seguir pensando estrategias aisladas para enfrentar la crisis climática y sus efectos. Hay que replantearse el modo de producir y consumir”.
En esta entrevista con Qi magazine, la bióloga e investigadora repasó la relación entre la crisis climática, el modelo productivo extractivista y la dispersión y aparición de enfermedades
– ¿Cómo está afectando el cambio climático a la salud?
– Toda ruptura del equilibrio del Ambiente genera enfermedades. Pero los cambios a veces son lentos y es difícil hacer un causa – efecto, porque hay múltiples factores que actúan sobre los procesos de salud y enfermedad.
Lo que se está viendo es que el corrimiento de la frontera agrícola y el uso de insecticidas alteran la dinámica de temperaturas y de lluvias; y esto altera la dinámica poblacional de los insectos. Y así, el (mosquito) Aedes Aegypti, responsable de la transmisión de zika, dengue y chikungunya, ya se encuentra en el norte de la patagonia y el sur de la provincia de Buenos Aires, donde antes no había. También la leishmaniasis, transmitida por un insecto llamado flebotomo, fue bajando desde el norte al centro de Argentina.
Y como el cambio climático induce muchas veces a las personas a migrar, esto favorece que enfermedades que eran endémicas de una región, como el Chagas en nuestro norte, se traslade a otras regiones y países.
– ¿Qué medidas deberían tomarse para evitar esos impactos?
– No podemos seguir pensando estrategias sólo centradas en el ser humano. Es importante pensar al ambiente con los humanos, animales y plantas. No somos el único organismo que habita el planeta. Los desequilibrios ambientales que estamos padeciendo están relacionados con el modo de reproducción económica. Por eso es necesario implementar políticas y acciones locales. Hay que pensar ciudades sanas y distribuir la riqueza. Debemos entender la importancia de cambiar las prácticas agrícolas y de producción de alimentos basadas en el desmonte, el uso de agroquímicos y un mal manejo del agua; generar menos basura, separando los residuos en origen y fomentar la economía circular.
«Debemos entender la importancia de cambiar las prácticas agrícolas y de producción de alimentos basadas en el desmonte, el uso de agroquímicos y un mal manejo del agua; generar menos basura, separando los residuos en origen y fomentar la economía circular».
– ¿Cómo se relaciona la crisis climática con el actual modelo económico?
-La crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la creciente contaminación están relacionadas con el modelo económico lineal y extractivista. Extendimos la frontera agropecuaria para producir más commodities, pero sigue habiendo hambre en Argentina y en gran parte del mundo. Tenemos que replantearnos este modelo de producción, consumo y descarte. Pensar hasta dónde vamos a alterar los ambientes naturales para extraer litio, por ejemplo. El cambio climático no ocurre por azar. Hay acciones que nos llevan a acelerarlo y profundizarlo.
– La pandemia es una muestra de cómo los desequilibrios ecosistémicos provocan la expansión de los virus. ¿Aprendimos algo de ella?
– Creo que se aprendió muy poco. Hace años que los científicos sabíamos y advertíamos que esto iba a suceder. La destrucción de los ambientes naturales, cuando el ser humano altera los ecosistemas, trae aparejadas zoonosis (enfermedades que se transmiten desde animales a las personas). Si bien la vacunación fue exitosa para frenar la propagación de esta pandemia de Covid, no hemos trabajado sobre sus causas esenciales.
-¿Notás en el último tiempo más conciencia social de las cuestiones ambientales?
-Hay más información sobre el tema. Y los jóvenes son los que están impulsando la acción climática y el cuidado del ambiente. Pero no veo que los partidos y modelos de país que hoy se discuten tengan como eje el Cambio Climático, que es el mayor desafío de nuestro tiempo. Desde Mujeres en Diálogo Ambiental promovemos que se generen políticas y acciones concretas. Porque hay que actuar ahora. No queda mucho tiempo.