La agricultura está devastando el planeta. Pero podría haber una forma mucho más respetuosa con el ambiente de alimentarnos: utilizar energías renovables para convertir el dióxido de carbono en alimentos.
“Esto se está convirtiendo en una realidad”, celebra Pasi Vainikka de Solar Foods. La empresa está construyendo la primera fábrica a escala comercial, cerca de Helsinki en Finlandia, que podrá producir alimentos directamente a partir de CO 2 . Producirá 100 toneladas por año, suficiente para 4 o 5 millones de comidas, explica y agrega: “Estamos un poco retrasados, pero la producción puede comenzar en 2023”.
No puede haber ninguna duda sobre la necesidad de encontrar formas más ecológicas de cultivar alimentos. La agricultura convencional, incluida la agricultura orgánica , causa daños al ambiente de muchas maneras. Requiere mucha tierra, lo que conduce a la pérdida de hábitat y a la deforestación , y a menudo necesita grandes cantidades de agua, provocando la desecación de lagos y ríos . También es la fuente de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero y libera otros contaminantes, como los nitratos que crean zonas muertas en lagos y océanos.
Tampoco es muy eficiente. Los cultivos suelen convertir menos del 1 por ciento de la energía luminosa en biomasa utilizable. Alimentar a los animales con plantas para producir carne es aún menos eficiente.
En cambio, el desarrollo de Solar Foods evita la fotosíntesis por completo al cultivar bacterias del suelo que las alimentan con hidrógeno separado del agua a través de un procedimiento eléctrico. Los investigadores aseguran que si dicha electricidad proviene de energía solar o eólica, este alimento puede ser cultivado con prácticamente cero emisiones de gases con efecto invernadero.
Este desarrollo evita la fotosíntesis por completo al cultivar bacterias del suelo que las alimentan con hidrógeno separado del agua a través de un procedimiento eléctrico.
En la fábrica, se utilizará electricidad renovable para dividir el agua para producir hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno se agregará a grandes tanques, donde crecen las bacterias, junto con CO 2 y amoníaco para proporcionar carbono y nitrógeno, respectivamente. Parte del CO 2 será capturado directamente del aire en un centro de visitantes en la fábrica, dice Vainikka, y el resto provendrá de fuentes industriales.
El resultado final será un polvo amarillo llamado Solein, con características visuales y organolépticas similares a las de la harina de trigo. Sus creadores comentan que se trata de proteínas microbianas que contienen todos los aminoácidos esenciales. Es ligera en sabor y apariencia, y se integra fácilmente en todo tipo de elaboraciones alimenticias manteniendo su valor nutricional y sin cambiar el sabor de las preparaciones. Está hecho de células bacterianas y tiene hasta un 70 por ciento de proteína. Se puede utilizar como ingrediente en todo tipo de alimentos, desde alternativas a la carne hasta cereales y snacks. Por ejemplo, puede reemplazar los huevos en fideos y pastas. “Nuestro objetivo es reemplazar las proteínas de origen animal, que creemos que tienen el mayor impacto ambiental”, comparte Vainikka.
Solein fue aprobado como ingrediente alimentario en Singapur en octubre de 2022, y Solar Foods está esperando la aprobación en el Reino Unido, la Unión Europea y los EE. UU.
En comparación con los cultivos de plantas, Solein utilizará 100 veces menos agua por kilogramo de proteína producida, 20 veces menos tierra, incluida la tierra utilizada para la producción de energía, y emitirá una quinta parte de CO 2 , según Solar Foods. En comparación con la carne de res, se puede producir un kilogramo de proteína usando 600 veces menos agua y 200 veces menos tierra, nuevamente contando la tierra utilizada para la producción de energía, mientras se emite 200 veces menos CO 2 , informó la empresa.
En comparación con los cultivos de plantas, Solein utilizará 100 veces menos agua por kilogramo de proteína producida, 20 veces menos tierra, incluida la tierra utilizada para la producción de energía, y emitirá una quinta parte de CO 2 .
También hay otros beneficios: las fábricas podrían estar ubicadas en cualquier parte del mundo y la producción no se verá afectada por las condiciones climáticas extremas.
El cofundador y director ejecutivo de Solar Foods ha manifestado su alegría y emoción por haber obtenido la aprobación regulatoria, que permite que el mercado pueda contar con una proteína con carácter sostenible y medioamiental que solucionará problemas, que permitirá agilizar la elaboración de productos alimenticios y que contribuirá a garantizar la seguridad alimentaria.
“Con Solar Foods y otras empresas ampliando sus sistemas, esto realmente marca el comienzo de una nueva era de la agricultura”, asevera Dorian Leger de Connectomix Bio en Alemania. “Creo que estas tendencias son emocionantes y conducirán a una mejor seguridad alimentaria mundial y ayudarán también, a doblar la curva de carbono”.
Y si sus sueños se cumplen, podría ayudar al mundo a afrontar muchos de los problemas vinculados con la producción de alimentos. No hay duda de que en cuestión de pocos años, el sistema alimentario cambiará de forma significativa gracias a estos nuevos desarrollos.