La caza furtiva y la destrucción de sus hábitats naturales son -cuándo no- las dos causas principales de su progresiva desaparición. Además de ser provocadas por el humano, son el denominador común de la amenaza que acecha a muchas otras especies a nivel mundial, algunas ya casi al punto de la extinción. Es el caso del águila de Azara, cuyo nombre científico es Buteogallus coronatus y es también conocida como águila coronada, nativa de Sudamérica y de la que se calcula quedan apenas mil ejemplares en toda la geografía que habita: Brasil, Bolivia, Argentina y Paraguay. También estaba en Uruguay, pero allí se la considera desaparecida. Para este animal, existe hoy un riesgo más, tan lamentable y evitable como los anteriores: la muerte por electrocución al posarse encima del tendido eléctrico. Ahora, el principal foco de preocupación se ubica en la provincia argentina de La Pampa debido a un proyecto de construcción de línea eléctrica que pone en peligro a esta águila y otras aves rapaces.
La obra en cuestión es el recambio de la línea de media tensión entre el Paraje Padre Buodo y la localidad de Perú, distante 46 kilómetros. Con una inversión que supera los 200 millones de pesos, se aspira a mejorar la calidad del servicio para tres ciudades interconectadas y una zona productiva de más de 100 mil hectáreas. En el medio, investigadores e investigadoras del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces (CECARA) del CONICET y la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam) reclaman la revisión del análisis ambiental del proyecto ya que, aseguran, entre otras cosas desconoce la presencia del águila coronada en el lugar. De llevarse a cabo así como está planteada, la red eléctrica supondría la estocada final para esta valiosa especie de la fauna regional, de acuerdo a lo que difunde la Asociación Alihuen, una ONG ambientalista de La Pampa involucrada en la presentación que se hizo ante la Subsecretaría de Ambiente de la provincia y la Defensoría del Pueblo de la Nación Argentina.
Bajo la categoría de Peligro de Extinción, el 70% de los ejemplares muere antes de alcanzar la edad adulta, alrededor de los 4 o 5 años, y el 30% de estos incidentes de mortalidad se debe a la electrocución en líneas eléctricas. Solo en La Pampa se registraron 10 casos de águilas coronadas electrocutadas en los últimos años, además de otros más recientes en Santa Fe. Las y los especialistas en el tema vienen realizando el seguimiento de individuos de águila equipados con emisores satelitales, y de esta manera han podido identificar una importante población en la zona donde se proyecta el recambio eléctrico. La obra, que entre otras cosas estipula el reemplazo de los postes de madera por otros de hormigón ubicados en paralelo al tendido existente, implica un riesgo muy grande para todas las aves rapaces que habitan ese espacio, y que en el caso del águila coronada significaría su extinción a nivel local.
Bajo la categoría de Peligro de Extinción, el 70% de los ejemplares muere antes de alcanzar la edad adulta, alrededor de los 4 o 5 años, y el 30% de estos incidentes de mortalidad se debe a la electrocución en líneas eléctricas.
“La electrocución de las aves en los tendidos eléctricos puede ocurrir de dos maneras: por un lado, y particularmente en el caso de las de gran tamaño, cuando hacen contacto al mismo tiempo con dos cables o fases de la línea, generalmente al extender sus alas, y, por otro, cuando tocan solo uno de los cables o fases al mismo tiempo que se encuentran en contacto con el pilar y cruceta construidos con material conductor, como hierro u hormigón, lo que permite que se produzca la descarga a tierra y la electrocución inmediata del animal”, señala José Sarasola, director del CECARA e investigador del CONICET en el Instituto de Ciencias de la Tierra y Ambientes de la Pampa (INCITAP). De esta manera, se explica por qué las posibilidades de electrocución tienen que ver con el diseño del tendido eléctrico, como por ejemplo cables dispuestos muy juntos, y con los materiales que se emplean. “Por eso no estamos pidiendo la prohibición del proyecto, sino que se modifique su diseño y materiales, porque así planteado conlleva un tipo constructivo altamente riesgoso para las aves”, añade el especialista.
En el reclamo presentado, se mencionan además otros efectos negativos asociados a la electrocución de las aves: ante esta fatalidad, los animales pueden combustionar y generar incendios forestales, con la consecuente pérdida de hábitats, fauna silvestre, infraestructuras y vidas humanas. “A pesar de que sostenemos que la obra podría realizarse siempre y cuando no implique un riesgo de mortalidad para las aves, y en particular de individuos de águila coronada, aún no hemos tenido respuesta de las autoridades provinciales”, relata Sarasola. Cabe subrayar que la solicitud, presentada inicialmente desde el CECARA, recibió la adhesión de una veintena de ONG’s nacionales e internacionales tales como Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Aves Argentinas, Fundación Biodiversidad Argentina y Peregrine Fund de Estados Unidos, que se suman a difundir el serio riesgo que supone la obra para la fauna nativa.
Fotos CECARA