La aspiración a comienzos de año era llegar a la COP15 de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas con la Argentina dentro de la lista de países adherentes a la meta 30×30 que busca proteger el 30% de los mares y tierras del planeta para el año, valga la redundancia, 2030. En ese momento, el evento internacional ni siquiera tenía fecha confirmada, y parecía que las reiteradas peticiones de distintas ONGs al gobierno nacional surtirían efecto. Ahora, la conferencia comenzó hoy –se realizará del 7 al 19 de diciembre en Montreal, Canadá– y el país sigue sin sumarse al acuerdo internacional.
La COP15 reune a gobiernos de todo el mundo con el fin de concertar, entre diversos temas, un nuevo conjunto de objetivos y metas que orientarán la acción mundial en favor de la naturaleza de aquí a 2030.
La meta 30×30 es un acuerdo que compromete a las naciones a trabajar para frenar la pérdida de especies y áreas naturales. Fue impulsado en marzo pasado por más de 90 países durante las últimas reuniones del Convenio sobre la Diversidad Biológica, un instrumento internacional ratificado por 196 países. La cifra del lema es arbitraria: de acuerdo a las conclusiones de distintos artículos científicos de todo el mundo, la protección de por menos el 30% de los ecosistemas terrestres y marinos del planeta garantizaría una reducción de la pérdida de biodiversidad y una posibilidad concreta de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
La acelerada crisis de la biodiversidad compromete nuestro futuro. A tal punto que enfrentamos la sexta extinción masiva. Y dependemos de estos ecosistemas que nos proporcionan aire puro, agua potable, suelos fértiles, alimentos, medicinas y estabilidad climática. Es clave actuar ahora y que adhieran la mayor cantidad de países.
Conservar el 30% de la tierra en ubicaciones estratégicas podría reducir el riesgo de extinción de casi 9 de cada 10 especies terrestres amenazadas y salvaguardaría 500 gigantoneladas de carbono almacenado en la vegetación y los suelos.
La importancia del encuentro de Canadá radica en que es la oportunidad para que los países se pongan de acuerdo en el texto del acuerdo y establezcan las estrategias de acción inmediatas para comenzar a recuperar el tiempo perdido. Si bien ya hace algunos años se pretendía avanzar en este sentido, la pandemia por COVID-19 de 2020 obligó a posponer estos compromisos. Los consensos son esenciales; se trata de una meta global y no por país, fundamentalmente enfocada en las áreas clave para la biodiversidad.
Según datos difundidos por la campaña Conservar 30X30, una iniciativa surgida para sumar voces autorizadas y apoyo masivo hasta lograr la adhesión de la Argentina, especialistas de todo el mundo realizaron un análisis económico de la situación y llegaron a la conclusión de que los beneficios económicos de proteger el 30% del planeta superan los costos en una proporción de al menos 5 a 1, y que después de la recuperación de la pandemia, se prevé que el sector de la naturaleza crezca entre un 4% y un 6% por año en comparación a menos del 1% para la agricultura, la madera y la pesca.
Especialistas de todo el mundo realizaron un análisis económico de la situación y llegaron a la conclusión de que los beneficios económicos de proteger el 30% del planeta superan los costos en una proporción de al menos 5 a 1, y que después de la recuperación de la pandemia, se prevé que el sector de la naturaleza crezca entre un 4% y un 6% por año en comparación a menos del 1% para la agricultura, la madera y la pesca.
Existe además, una amplia evidencia científica que demuestra que conservar el 30% de la tierra en ubicaciones estratégicas podría reducir el riesgo de extinción de casi 9 de cada 10 especies terrestres amenazadas y salvaguardaría 500 gigantoneladas de carbono almacenado en la vegetación y los suelos, alrededor de la mitad de las reservas de carbono terrestres vulnerables del mundo.
La campaña cuenta con el apoyo de gran parte del sector científico y académico del país, referentes de diversas disciplinas, como ecología, climatología, biología, botánica, entomología, ornitología, antropología, derecho ambiental, y más. También, para convocar al público general, hace dos meses lanzó una junta de firmas en la plataforma Change.org para lograr el esperado compromiso. La meta ya cuenta con el apoyo de alrededor de 90 países, de los cuales 18 son de América Latina y el Caribe, entre ellos Costa Rica, México, Colombia, Perú y Chile.
El valor de que Argentina se alinee a esta meta mundial radica en la protección de más áreas de su vasto y diverso territorio. En total, actualmente el país tiene 515 áreas naturales protegidas, que suman un total de 40.185.345 de hectáreas que, a su vez, representan el 14,45% del territorio nacional continental y el 7,05% de la plataforma submarina. El objetivo de invertir en la naturaleza no solo asegura la provisión de servicios ambientales muy costosos o imposibles de sustituir. También genera otras ganancias financieras y las condiciones necesarias para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo humano.
Fotos: Darío Podestá