El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue recibido con aplausos en la cumbre climática COP27 en Sharm el-Sheikh, Egipto, cuando declaró: «Brasil está de regreso y listo para liderar la lucha contra el cambio climático».
Tras una estrecha victoria electoral a principios de este mes, Lula prometió revertir la destrucción de la selva amazónica que se ha acelerado bajo el actual presidente, Jair Bolsonaro.
Prometió en la conferencia que la Amazonía alcanzaría la “deforestación cero” para fines de la década. “No hay seguridad climática para el mundo sin una Amazonía protegida. Haremos lo que sea necesario para tener cero deforestación y degradación de nuestros biomas para 2030”, dijo Lula.
«Brasil está de regreso y listo para liderar la lucha contra el cambio climático».
Y agregó que su nueva administración pondrá el cambio climático en el centro de su agenda política, al tomar medidas enérgicas contra la deforestación, abordar la desigualdad y desplegar energías renovables en todo el país.
Las políticas de prioridad climática marcan un nuevo rumbo y se alejan del gobierno de Bolsonaro, que ha pasado los últimos cuatro años desmantelando las regiones ambientales, alentando el desarrollo del bosque y apilando ministerios ambientales clave con aliados militares.
Bajo su supervisión, la tasa anual de pérdida de bosques en la Amazonía ha aumentado un 75 %, alcanzando un máximo de 13 años en 2021, y los científicos advierten que el ecosistema está a punto de colapsar.
Lula dijo que ese nivel de destrucción “permanecerá en el pasado”, y prometió revertir el legado de Bolsonaro mediante el fortalecimiento de las agencias gubernamentales que abordan la deforestación. También aseveró que creará un “ministerio de los pueblos indígenas y originarios” para empoderar a las comunidades que luchan por proteger su bosque.
“La lucha contra el cambio climático tendrá el perfil más alto en la estructura de mi próximo gobierno”, agregó.
Sin embargo, mientras Lula recibió una cálida bienvenida en Egipto, de vuelta en Brasil se enfrenta a un Congreso dominado por partidos de derecha que harán que cumplir sus promesas sea un desafío.
El presidente electo también anunció una candidatura para albergar la cumbre climática COP30 en una ciudad amazónica en 2025, que seguiría a la cumbre del próximo año en los Emiratos Árabes Unidos y la reunión de 2024 en Australia o la República Checa.
“Abogo firmemente por que la COP30 se celebre en la región amazónica”, manifestó. “Ahí es donde debería celebrarse la conferencia”.
“El presidente electo Lula está transmitiendo un claro y contundente mensaje de que Brasil está firmemente de vuelta en la agenda climática a través de su compromiso de controlar la deforestación y mediar en las negociaciones internacionales”, Mercedes Bustamante de la Universidad de Brasilia en Brasil a los periodistas en la cumbre. “La propuesta de organizar una COP en Brasil señala claramente estos cambios sustanciales en la posición brasileña”.
Pero Lula advirtió que habrá condiciones para el liderazgo climático de Brasil. Dijo que los “países ricos” deberán dar un paso adelante y brindar más apoyo financiero para ayudar a los países en desarrollo como Brasil a tomar medidas climáticas más duras. “Necesitamos más recursos para un problema que fue creado por los países ricos pero que lo sienten de manera desproporcionada los más vulnerables”.