Un éxito los resultados pero también, y sobre todo, el proceso hasta llegar a ellos, ese trabajo mancomunado y organizado de diferentes asociaciones sin fines de lucro, espacios de investigación y entes gubernamentales que supieron capitalizar el potencial de cada uno y unirse para construir sinergia con un objetivo común: salvar al cardenal amarillo antes de que su extinción sea un hecho consumado. Y es que pareciera que las virtudes de esta especie han sido también su condena, teniendo en cuenta que “gracias” a su vistosa coloración y su melódico canto fue históricamente buscado para tener como mascota en casas, y de ahí que haya caído fácilmente en el tráfico ilegal de fauna. Debido al trágico descenso en las poblaciones de este animal autóctono de América del Sur y que habita casi exclusivamente la Argentina, actualmente su captura, tenencia y comercialización están prohibidas por ley en territorio bonaerense.
Bajo el nombre de Alianza del Cardenal Amarillo de la Provincia de Buenos Aires, se realiza un arduo trabajo de reinserción de ejemplares decomisados en sus hábitats naturales que, con la suelta de 11 individuos en octubre último, suman un total de 92 los cardenales que han recuperado la libertad desde 2020. El proceso es delicado e involucra la identificación, el rescate, la recuperación, rehabilitación y seguimiento de cada una de las aves tratadas. También, en su seno se desarrollan y evalúan nuevas estrategias de conservación ex-situ, como la cría bajo cuidado humano. La Alianza está conformada por los ministerios de Desarrollo Agrario y de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, la Fundación Temaikén, la Asociación Aves Argentinas, el Ecoparque de la CABA, el Laboratorio de Ecología y Comportamiento Animal (IEGEBA, UBA), la Unidad de Genómica del Instituto de Biotecnología (IABIMO, CONICET- CICVyA, INTA), y el Aviario La Plata.
La Alianza del Cardenal Amarillo de la Provincia de Buenos Aires realiza un arduo trabajo de reinserción de ejemplares decomisados en sus hábitats naturales que, con la suelta de 11 individuos en octubre último, suman un total de 92 los cardenales que han recuperado la libertad desde 2020.
Según información difundida por la ONG Aves Argentinas, el total de cardenales reinsertados hasta el momento equivale al 5 por ciento de la población adulta estimada en vida silvestre. Los monitoreos posteriores muestran que al menos 22 ejemplares lograron formar pareja y algunos de ellos, incluso, han tenido crías. Además del tráfico ilegal, otro factor que ha afectado enormemente la supervivencia del cardenal es la modificación de su ambiente natural por el desmonte de los bosques del Espinal, una ecorregión de la llanura chacopampeana que abarca distintas regiones de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis, La Pampa y Buenos Aires. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se calcula que en el mundo quedan unos 2 mil ejemplares adultos viviendo en sus hábitats, siendo Argentina el lugar que alberga a las mayores poblaciones.
A partir del rescate de ejemplares en venta o bajo tenencia ilegal, se pone en marcha el circuito de la Alianza. Entre 2019 y 2022, el número de cardenales recuperados por parte del Ministerio de Desarrollo Agrario es de 103. El primer paso del programa de rehabilitación es complejo y no todos sobreviven debido a las malas condiciones físicas en las que son hallados o por lesiones que no les permiten vivir en la naturaleza. Bajo estrictos protocolos sanitarios, son evaluados en la Fundación Temaikén o en el Ecoparque de CABA, donde se los somete a entrenamientos físicos y de reconocimiento de predadores, entre otros aspectos que valoran su comportamiento. Los sitios de liberación también son analizados: con la intención de devolver cada ejemplar a la población de la que fue extraído, especialistas del INTA y la UBA determinan a través de análisis genéticos las áreas geográficas de origen, y en base a esta información, se seleccionan los lugares de inserción, que a su vez son analizados en función del estado del bosque nativo y el control de posibles amenazas, entre otras variables.
Lo que sigue es el seguimiento y monitoreo para evaluar su adaptación, supervivencia y reproducción, tareas que permiten a su vez conocer más sobre este animal. La información relevada en el trabajo de campo permite realizar los ajustes necesarios en el proceso de rehabilitación. Además de las acciones descriptas, desde la Alianza se hace especial énfasis en la importancia del trabajo de concientización en la ciudadanía a través de campañas de educación ambiental para que se comprenda el rol que ella misma cumple en una problemática de biodiversidad como la que afecta al cardenal amarillo: sin demanda, no hay tráfico ilegal; y, sin ambientes preservados, no hay conservación de especies posibles, como tampoco calidad de vida para las personas.