Son muchos los santuarios para animales terrestres que existen en la actualidad, prueba de la concientización creciente de los derechos de los animales y la liberación justa de esas especies. Los cetáceos rescatados de parques de entretenimiento y acuarios de todo el mundo necesitan también un espacio donde volver a sentirse respetados y vivir tranquilos.
Así nace el proyecto The Whale Sanctuary. Por primera vez en la historia, en un área de 40 hectáreas en el Océano Atlántico, crean un santuario de ballenas y delfines rescatados en cautiverio que se abrirá en 2023.
Tras investigar cientos de lugares en el estado de Washington, Columbia Británica y Nueva Escocia, The Whale Sanctuary Project ha seleccionado Port Hilford, en Nueva Escocia, como el mejor sitio para crear un santuario costero. Se tuvieron en cuenta decenas de consideraciones para seleccionar la mejor ubicación para garantizar el bienestar de los cetáceos que formarán parte de este hábitat: desde el análisis del agua hasta las condiciones del fondo marino y climatológicas, teniendo en cuenta también los posibles impactos de la fauna local en los cetáceos y viceversa.
Por primera vez en la historia, en un área de 40 hectáreas en el Océano Atlántico, crean un santuario de ballenas y delfines rescatados en cautiverio que se abrirá en 2023.
Port Hilford ofrece una amplia zona que puede ser el retiro ideal para las ballenas y los delfines en cautividad. Se trata de una bahía abierta al océano que dispone de mucho espacio a lo largo de la orilla para las instalaciones que se necesitarán para el cuidado de los animales y para el centro de educación e interpretación de la fauna in situ.
«Es un lugar ideal para las ballenas que vienen de los parques marinos y acuarios», dijo Vinick, director ejecutivo de The Whale Sanctuary Project. «No se podría pedir una comunidad más acogedora y motivada que la gente de la zona de Sherbrooke».
«Las orcas y las belugas son animales muy inteligentes, emocionalmente sensibles y socialmente complejos», dijo la Dra. Lori Marino, presidenta del The Whale Sanctuary Project. «En los confines de los tanques los cetáceos sufren de estrés crónico y a menudo de enfermedades fatales. Reubicarlos en un ambiente oceánico les dará una vida más saludable donde puedan prosperar».
Mientras tanto en Argentina, el día de ayer se presentó un proyecto de ley que busca prohibir los espectáculos con animales marinos silvestres en cautiverio, llamado Ley “Kshamenk”, por la orca que se encuentra en el oceanario de la localidad bonaerense de San Clemente del Tuyú.
“Estamos ante la naturalización de un espectáculo degradante: de que los animales son cosas y pueden ser utilizados con beneficios económicos muy grandes»
El objeto de la iniciativa es la prohibición y sanción de espectáculos con animales marinos silvestres, y la prohibición de su exhibición y del cautiverio en sí mismo -incluso tenerlos detrás de un cristal como en los acuarios-, y la manipulación del material genético. Asimismo, se establece un plazo de dos años para el traslado definitivo de esos animales a un santuario.
La única excepción que se prevé para este tipo de conductas prohibidas es que ese cautiverio sea únicamente con fines de rehabilitación y curación para, posteriormente, ser liberado en su hábitat o el traslado a un santuario.
La presentación tuvo la adhesión de decenas de organizaciones no gubernamentales, así como de figuras del espectáculo que hicieron llegar su pedido para liberar a Kshamenk y prohibir los espectáculos con animales marinos.
La organizadora del evento fue la senadora oficialista por Salta, Nora del Valle Giménez, quien destacó que es “responsabilidad de los legisladores ocuparse de temas tan trascendentes como la protección del ambiente” y llamó a “asegurar que estas leyes estén a la altura de las circunstancias”.
La iniciativa fue reclamada con más de 612 mil firmas de apoyo reunidas a través de una campaña difundida con el nombre de «Stop Acuarios», en la plataforma change.org.
La audiencia fue abierta por la jueza Elena Liberatori, titular a cargo del Juzgado N° 4 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, quien tuvo a su cargo el caso de la orangutana “Sandra”, el primer animal en el mundo declarado persona no humana a quien se le reconoció su derecho a la vida digna, y que fue trasladada a un santuario en los Estados Unidos.
“A nivel mundial daríamos un paso enorme si se aprueba esta ley”, señaló, al tiempo que advirtió: “Pensar que los animales son cosas sujetas a nuestro servicio ha sido la desgracia mayúscula de la naturaleza toda”.
Liberatori destacó que “el cautiverio es una actividad que solo las personas humanas podemos hacer” y puntualizó que los humanos “no llegan a entender que los animales aprecian su libertad”.
“Estamos ante la naturalización de un espectáculo degradante: de que los animales son cosas y pueden ser utilizados con beneficios económicos muy grandes. El dinero, los edulcorantes a modo Disney, están ahí para que no veamos la clase de vínculo que construimos con los animales”, denunció.