Este mes habrá distintas jornadas de recolección de residuos en lugares abiertos para sumarse de manera organizada o espontánea. Lo importante es acompañar proyectos que buscan sanear el planeta.
Arrancó septiembre y parece que las escobas, guantes y bolsas de consorcio estarán a la orden del día: en diferentes puntos del planeta y gracias a dos importantes campañas medioambientales, incontables manos solidarias y desinteresadas se unirán para hacer limpiezas masivas de espacios públicos al aire libre.
Una de ellas es “A limpiar el mundo” (del inglés Clean up the world) y se lleva adelante durante todo el mes. Surgida en Sidney, Australia, en 1989, luego de que un deportista náutico llamado Ian Kiernan convenció a amigos y conocidos para limpiar la bahía de esa ciudad. A partir de entonces, la iniciativa fue aumentando su popularidad y sumando adeptos alrededor del planeta que se organizaban para recoger residuos en determinados sitios. Hoy, la campaña colabora con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y sirve de marco también a otros proyectos ecológicos como plantar árboles o concientizar sobre el cuidado del agua y la energía. Lo números hablan por sí solos: 120 países y 35 millones de voluntarios participan en cada edición a través de acciones grupales o individuales.
La otra movida de limpieza que también desembarca con la llegada de la primavera es el “Día Mundial de la Limpieza” o World Clean Up Day, celebraoa cada año el tercer sábado del mes, y que también promueve la acción organizada o espontánea de las personas para despejar de residuos algún ambiente natural, ya sea enmarcados en programas de ONG’s, escuelas, agrupaciones vecinales, voluntariados o cualquier otro espacio afín. Sin metas inalcanzables ni requisitos exigentes, la idea es instar a la población a comprometerse con el cuidado del planeta en general a través de una actividad concreta que le permita palpar en carne propia la problemática de la contaminación por basura que azota a casi cada rincón del globo. Promovida internacionalmente por el movimiento Let’s do it! nacido en Estonia en 2008, el anclaje local en nuestro país es ¡Vamos a hacerlo, Argentina!, que desde 2012 replica el modelo internacional mediante jornadas de capacitación y limpieza masiva, concientizando a la población sobre la adecuada gestión de los residuos sólidos.
“Quien limpia hoy, no ensuciará mañana”, es el slogan de la agrupación argentina, que lleva realizadas más de 570 jornadas de limpieza en las que se recogieron 520 mil kilos de residuos a manos de 40 mil voluntarios. Particularmente el Día Mundial de la Limpieza se lleva adelante desde 2018. En aquella primera edición, y luego de una prueba piloto a finales del año anterior, se organizaron 200 grupos de limpieza que hicieron del estreno un éxito total. Para 2019, la cantidad de grupos ascendió a 261 y los voluntarios aglutinados fueron 18 mil. La pandemia por COVID-19 y su consecuente medida de aislamiento social no detuvo a esta campaña en plena cresta de la ola; fiel al espíritu creativo y resiliente de estos movimientos, desde la organización aprovecharon las circunstancias para abordar el tema de otro tipo de residuos, invisibles pero masivos y muy contaminantes: los digitales. “Como no se pudo hacer un trabajo presencial, se realizó una reunión virtual que fue la excusa perfecta para hablar de toda esa información que guardamos en la nube, servidores internacionales propiedad de empresas que están constantemente consumiendo energía, como así también las plantas donde funcionan”, explica Jhon Ruiz, presidente de ¡Vamos a hacerlo!
“Quien limpia hoy, no ensuciará mañana”, es el slogan de la agrupación ¡Vamos a hacerlo, Argentina!, que impulsa a nivel local el Día Mundial de la Limpieza, celebrado el tercer sábado de septiembre en todo el mundo.
Para 2021, la reapertura de actividades al aire libre permitió no solo volver a las jornadas de limpieza sino también introducir un tema que el mismo encierro por la pandemia se había encargado de instalar: la separación en origen. “Antes de comenzar cada jornada, brindamos una charla de sensibilización y el estar tanto tiempo en las casas había contribuido a la percepción por parte de la gente en cuanto a la cantidad de residuos domiciliarios que se generan, y lo útil que es separarlos como corresponde”, señala Ruiz. En los cinco años de existencia del movimiento en Argentina, repasa el activista, uno de los mayores logros alcanzados ha sido el de visibilizar el problema de la basura, algo que puede parecer una obviedad pero que hace una década atrás formaba parte del paisaje urbano y a nadie le llamaba la atención. Con apoyo y adherencia de distintas instituciones y provincias, la organización destaca el caso de Tucumán, cuya participación en el Día Mundial de la Limpieza aumenta cada año en cantidad de personas, además de la donación de guantes y bolsas por parte del gobierno. Si bien han tenido acercamientos y algunas muestras de apoyo, ¡Vamos a hacerlo! espera contar pronto con el respaldo del gobierno nacional.
Respecto al nivel de conciencia que perciben en la comunidad sobre ese primer paso que es la separación y clasificación de los distintos tipos de desechos que se generan en el hogar, Ruiz reconoce que los avances son notables. “Al principio nos cerraban muchas puertas, incluso de parte de organizaciones ambientalistas, que estaban abocadas a otros temas pero no consideraban al de la basura como algo de lo que pudieran ocuparse. Con el tiempo, se dieron cuenta de que realmente era un problema grave y que además las acciones generadas permitían movilizar a una gran cantidad de personas”, expresa el especialista. En cuanto al común de la gente, también se observa cómo en general prestan más atención a la cantidad de basura en las calles, “y eso nos encanta, porque quiere decir que empieza a molestarles lo que ven, y sentir eso es el primer paso para querer cambiarlo”, agrega. En la vereda de enfrente, Ruiz se lamenta de que este cambio de actitud de la ciudadanía no siempre sea acompañado desde la gestión estatal: “Muchos municipios no hacen tratamiento diferenciado de residuos, porque no están preparados o no tienen la infraestructura, y eso desmotiva mucho a quien se toma el trabajo de limpiar, secar y diferenciar las bolsas de cada material”.
De todas maneras, en este punto el trabajo de la organización no es darse por vencida ni mucho menos: lo importante es seguir incentivando a quienes ya aprendieron este concepto a no discontinuarlo, “porque luego es mucho más difícil reinstalar el hábito en una persona que lo tenía y lo perdió. El día en que el municipio pueda acompañar la recolección diferenciada con una gestión integral, las y los ciudadanos ya estarán acostumbrados a hacer su parte”, enfatiza Ruiz. Por último, en relación a aquellas ciudades que sí han puesto en práctica este tipo de sistemas, el activista lamenta que ese trabajo que hay detrás no se visibilice más: “Mostrar adónde van los camiones, qué transportan, qué hacen las cooperativas clasificadoras y a quién le venden los recolectado generaría credibilidad en el sistema y el proceso de economía circular”, apunta. Periódicamente, ¡Vamos a hacerlo! lleva adelante jornadas no solo de limpieza sino también de plantación, de reciclaje, educativas y de construcción de plazas. Para recibir donaciones o sumarse a alguna de las acciones programadas, como la del próximo 17 de septiembre, recomendamos visitar el sitio web y las redes sociales.