Hay una nueva generación de emprendedores preocupados no solo en ofrecer un producto o servicio competitivo al mercado, sino en procurar que sea sustentable. Tal es el caso de Facundo Cabrera, que creó la primera fábrica de carbón ecológico en Argentina.
Tras varios años de investigación y pruebas logró un carbón 100% ecológico a partir de la utilización de desechos orgánicos, concretamente cascarillas de arroz. De este modo, la iniciativa promueve el desarrollo sustentable, aprovechando descartes de la industria arrocera de la provincia de Corrientes, evitando talar más árboles con el fin de obtener la madera empleada para la producción de carbón tradicional.
El proceso de elaboración del carbón ecológico comienza con el tostado de la cascarilla a altas temperaturas. Se la tritura, se la mezcla con un aglutinante natural y agua, luego pasa por una extrusora para darle forma y, por último, pasa por un proceso de secado para terminar con un producto único.
La iniciativa promueve el desarrollo sustentable, aprovechando descartes de la industria arrocera y evitando talar más árboles con el fin de obtener la madera empleada para la producción de carbón tradicional.
La fabricación de carbón vegetal (de leña) requiere de grandes cantidades de madera que se obtienen de la tala de distintos árboles. La falta de regulación de la industria del carbón tradicional ha conducido a poner en riesgo ciertas especies arbóreas en distintas partes del mundo, haciendo peligrar la biodiversidad. Es que para producir una tonelada de carbón son necesarias nada menos que unas cinco toneladas de madera.
Ante este panorama, la búsqueda de un sustituto a la madera se hizo urgente, dando como resultado alternativas como la de BrasUP, el nombre del emprendimiento con el que Cabrera comercializa su producto.