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o sabemos: el cambio climático es uno de los problemas ambientales más graves que enfrentamos los seres vivos y de los más difíciles de combatir. Frente a ello, existen miles de iniciativas que han logrado, inicialmente, generar conciencia entre las multitudes sobre las grandes posibilidades que tenemos, cada individuo, de contribuir a su mitigación.
Un precioso ejemplo de ello, es el arte ecológico, que hoy se reinventa con ayuda de lustrosas tecnologías para compartir mensajes masivos a la comunidad. Como cualquier otro tipo de arte, el arte ecológico contiene infinitas posibilidades de hacernos conscientes de problemáticas que nos conciernen a todos, en este caso, el futuro desafortunado al que estamos orillando a nuestro planeta. A través de recursos como la ironía, el humor, la caricaturización y la manifestación plástica de lo imaginario, nos invita a involucrarnos.
A través de recursos como la ironía, el humor, la caricaturización y la manifestación plástica de lo imaginario, el arte nos invita a involucrarnos.
Paulo Grangeon: Pandas de viaje
1.600 pandas de papel maché parecen muchos, pero al saber que sólo nos quedan 1.600 pandas en todo el mundo, se vuelven pocos, tan pocos que el artista se los ha llevado a más de 20 países, para que visiten lugares icónicos. Así, este escultor nos invita a tomar conciencia sobre las especies en peligro de extinción.
Agnes Denes: Campos de trigo
Esta artista decidió plantar en 1982 una parcela de trigo frente a Wall Street, para hacer una comparación entre las actividades económicas tradicionales de Estados Unidos, cercanas a la naturaleza y la “artificialidad” del entorno económico moderno.
Naziha Mestaouis: Un latido, un árbol
Esta espectacular idea hace uso de los nuevos medios para el arte. Se trata de proyectar este bosque virtual sobre edificios en distintas ciudades. La animación del bosque es interactiva y los árboles crecen al ritmo de los latidos del corazón de los espectadores, que se conectan con la pieza a través de una aplicación en el celular, borrando conceptualmente la distancia entre los bosques y las ciudades y volviendo a ligar la vida humana con el entorno. Además, por cada planta virtual que crece, se siembra una real.
Chris Jordan: Belleza intolerable, retratos del consumo masivo en América
Las fotografías de Chris Jordan nos recuerdan que hasta el más insólito de nuestros objetos, si es desechado, pasará a formar parte de las toneladas de materia inútil que contamina el entorno, en muchos niveles. La basura no se queda en un solo lugar y tampoco es una sola cosa, un objeto está compuesto de múltiples materiales contaminantes. Antes de tirar o comprar algo, vale la pena pensarlo mejor.